De lo mostrado a lo largo de la temporada, ante un rival que viene en las mismas condiciones de ritmo, pero que es de una categoría superior, Alvarado mostró su mejor versión y derrotó a Quilmes por 1 a 0, en su tercera prueba en la Villa Deportiva de la ruta 88. El equipo de Mauricio Giganti hizo valer el juego colectivo, los movimientos trabajados y a eso le sumó solidez defensiva en un primer tiempo de alto nivel. En el complemento, con el cansancio, le costó más tener la pelota y Quilmes generó varias ocasiones que fueron bien resueltas por la defensa y Juan Francisco Rago. El sábado, cierra la semana ante Once Unidos.
Seguramente se debe haber ido contento Giganti, porque su equipo pudo imponer, principalmente en esa etapa inicial, el juego que él pretende, una buena circulación de pelota, encontrar siempre al compañero mejor ubicado y revolearla lo menos posible. Si no hay espacios, empezar de nuevo y salir para el otro lado. Entonces, después de unos cinco minutos equilibrados, los otros 25′ fueron todos del “torito”. Con Palisi como recuperador neto y en los relevos, bien acompañado por Pablo Saucedo que a la marca le agrega una salida clara y limpia, la trepada continua de los laterales, la pegada y acompañamiento de Riera, más el desnivel de Litre y Lucero por las bandas, con Albarracín como único referente de área.
El exIndependiente de Neuquén estuvo muy activo y generó la primera ocasión clara de gol, entrando por el medio y rematando, cayéndose, apenas alto. Al ratito,a los 13′, comenzó la jugada por izquierda, tocó para Albarracín que se corrió al costado y desde allí sacó un centro-pase perfecto para Marcos Litre que metió la diagonal y definió de primera, abajo, a la derecha de Trípodi que nada pudo hacer.
Con la ventaja, el control de la pelota fue todavía más evidente, sin apuros, buscando el momento para acelerar y atacar. Litre se cerraba y por atrás aparecía Caro, del otro lado pasaba lo mismo con Lucero y Mantia, mientras que en el fondo se resguardaba en la seguridad de Martínez y Paulucci, que en su primera vez juntos se acoplaron bien. Juan Francisco Rago, casi no tuvo participación en esos 30′ iniciales.
El complemento fue distinto, porque después de un arranque parejo, Quilmes se adelantó, presionó más arriba y empezó a jugar más cerca de Rago. Y de a poco, lo convirtió en protagonista, al sacar con esfuerzo un centro de Nicolás Castro que se cerró y casi se le mete en el ángulo derecho. Alvarado no podía tener la pelota, Miguel Caneo tenía más participación y el “cervecero” inquietaba sin tanta profundidad, pero ganando pelotas paradas cercas del área que fueron bien desarticuladas por la última línea local.
De todas maneras, pudo llegar al empate con un doble cabezazo en el área (el segundo de Castro), que mostró una notable reacción de Rago para sacarla con su pie izquierdo y otra buena respuesta de “Panchito” ante un anticipo de Cadenazzi. El resto, la defensa se encargó de impedir, con cierres providenciales de Federico Paulucci y Gastón Martínez, cuando el delantero se aprestaba a definir.
Fue triunfo 1 a 0 para el “torito” y buenas sensaciones, pero obviamente con cosas para corregir, con algunas imprecisiones lógicas de la etapa de preparación, pero que se buscará achicar al mínimo margen posible. Rendimientos individuales interesantes y, sobre todo, una buena actuación colectiva, frente a un rival de una categoría superior.