Hubo un tiempo con muchas cosas malas y otro donde fue casi todo bueno. Un cambio apenas comenzado el partido que condiciona, un gol inesperado, una reacción, el empate, fallos que van empujando, la mala fortuna de una pelota que no llevaba peligro y termina pegando en la mano y un arbitraje que incide en el desarrollo con una tendencia que, por lo menos, llamó la atención. Con esos condimentos, Alvarado perdió 2 a 1 ante Gimnasia de Mendoza en el José María Minella y se fue envuelto en bronca con Gerardo Méndez Cedro y una actuación que generó muchísimas dudas.
En el arranque, Alvarado intentó marcar territorio y jugar cerca del arco de Viola. No habían pasado dos minutos cuando Martín Quiles conectó un córner de Walter Erviti y cabeceó apenas afuera. Todo pasaba en campo mendocino, hasta que llegando a los 7’, Pablo Saucedo sintió una molestia, empezó a renguear y, dos minutos después, tuvo que salir. El ingreso de Caro no modificaba el esquema, pero sí lo trabajado, y el “torito” ya no se pudo acomodar en toda la primera mitad. Ya no tuvo circulación, Erviti abusó de la individual, Albarracín quedó aislado y el arco rival estaba cada vez más lejos. En ese contexto, se sintió más cómodo Gimnasia, que así y todo no generó demasiado. Un mano a mano de Palacios Alvarenga que salvó de gran manera Juan Francisco Rago y el gol, luego de un claro agarrón de Fernández mientras aguantaba de espalda un lateral, y el pase largo para Leandro Becerra que fusiló a “Panchito”, de zurda, abajo, para poner el 1 a 0 a los 33’.
Baldazo de agua fría para el “torito” que tuvo que empezar de nuevo, pero que no encontró claridad en el cierre de esa etapa y lo mejor que le pudo pasar fue llegar al descanso para reacomodar las ideas y el equipo. Joaquín Susvielles volvió del vestuario por Quiles, Caro se paró de lateral derecho y Erviti lanzaba desde más atrás. Y Alvarado fue otro, se lo llevó por delante a Gimnasia que no podía salir del ahogo y en 3’ le generó más que en toda la primera parte. Lucero definió mal en la primera y Wilson Albarracín dudó entre patear al arco o tocar al medio, no hizo ni una ni otra y desperdició una ocasión clarísima.
Era todo de los de Mauricio Giganti que mostraron otra actitud, se pararon más adelante, los centrales empezaron a ganar el duelo con los delanteros, Palisi cortó todo lo que le pasó cerca, Erviti se adueñó de la pelota y los delanteros aguantaban, pivoteaban e iban a buscar el pase adelante. El premio, a esa altura merecido, llegó a los 12’ y de pelota parada. Erviti buscó en el segundo palo a Martínez que la bajó hacia dentro y Joaquín Susvielles se tiró con toda su humanidad para meterse de palomita con pelota y todo y sellar el 1 a 1.
El partido estaba quebrado, no había medio y la pelota pasaba rápido para los hombres de ataque. Alvarado ganaba en su zona defensiva y lastimaba en ataque. Erviti metió una gran asistencia para Susvielles que no pudo acomodar mejor su remate y fue directo a las manos de Viola que despejó. Pero no era la noche del “torito”, porque Cucchi se sacó de encima una pelota con un remate desde afuera que no llevaba peligro, pero fue a parar al brazo derecho de Paulucci que no lo pudo sacar y Méndez Cedro no la dejó pasar, le quedó servida y sancionó el penal que Palacios Alvarenga canjeó por gol con un toque suave, bien esquinado, al palo izquierdo de Rago que se estiró todo lo que pudo pero no alcanzó a sacar.
Otra vez a remar de atrás, contra viento y marea. Contra Gimnasia y el tiempo que hacía sobre todo su arquero (desde que arrancó el partido) y el árbitro que se lo permitía (lo amonestó a los 42’). Tuvo el empate Alvarado pero no se le dio, ni en el derechazo de Litre tras el centro bajo de Molina que hizo estallar la parte externa de la red, ni la buena jugada de Susvielles por derecha que no llegó a empujar Lucero por el segundo palo. Y dejó dudas un empujón a Erviti que se metió por la última línea al área. Y no dejó ninguna duda y sí mucha bronca una falta que recibió el “10”, la paró rápido y jugó para Litre que se metía de cara a Viola y Méndez Cedro decidió pararlo para amonestar.
El pitazo final dejó esa mezcla de enojo y desazón. El sentir que hubo un arbitraje que hizo de las suyas y conspiró contra los intereses de Alvarado. Y la tristeza porque había un sueño grande de poder pelear por un lugar en el Pentagonal en busca del primer ascenso y la derrota lo deja muy lejos, casi sin chances de clasificación, pero con la obligación de ir por la recuperación en San Luis el domingo por la noche, para seguir sumando, pelear hasta último momento y, sino se da, llegar de la mejor manera a los playoffs por el segundo pasaje a la B Nacional.
Síntesis
Alvarado (1): Juan Francisco Rago; Martín Quiles, Federico Paulucci, Gastón Martínez y Mauro Castro; Martín Palisi y Pablo Saucedo; Marcos Litre, Walter Erviti y Gonzalo Lucero; Wilson Albarracín. DT: Mauricio Giganti.
Cambios: PT 9’ Matías Caro por Saucedo; ST 0’ Joaquín Susvielles por Quiles y 29’ Francisco Molina por Albarracín .
Gimnasia de Mendoza (2): Ezequiel Viola; Diego López, Diego Mondino, Yair Marín y Miguel Barbero; Lucas Fernández, Agustín Briones y David Garay; Patricio Cucchi, Pablo Palacios Alvarenga y Leandro Becerra. DT: Marcelo Fuentes.
Cambios: ST 29’ Pablo Cortizo por Briones, 34’ Mateo Ramírez por Garay y 40’ Iván Agudiak por Palacios Alvarenga.
Goles: PT 33’ Becerra (G); ST 12’ Susvielles (A) y 24’ Palacios Alvarenga, de penal.
Árbitro: Gerardo Méndez Cedro, de Luján.
Estadio: “José María Minella”.
Resto de la fecha
Desamparados 0 – Juventud Unida 1
Deportivo Roca 4 – Ferro de Pico 1
Estudiantes 1 – Villa Mitre 0