Una gran actuación tuvo Alvarado en General Pico, sobre todo en un primer tiempo completo, sólido y contundente para ponerse 3 a 0 y empezar a liquidar rápidamente la historia. El descuento en el cierre de esa etapa, no cambió la ecuación, porque en el complemento no pasó mayores sobresaltos y el triunfo no corrió riesgo hasta el final, cuando llegó el gol de Susvielles que sembró dudas en los minutos finales.
Pero el “torito” ganó con justicia por 3 a 2, con dos goles de Alexis Blanco y uno de Gabriel Compagnucci, para sumar la cuarta victoria consecutiva, quedar como el mejor tercero del Federal A y con un partido por delante ante Defensores de Belgrano de Villa Ramallo que, en caso de ganarlo, lo depositará en lo más alto de la tabla de posiciones de cara a la última fecha.
Por cómo se plantaron en la cancha, parecía que el local y puntero era Alvarado, mientras que Ferro iba a ver cómo salir rápido de contra para golpearlo. Bien adelante se paró el equipo de Duilio Botella que al minuto nomás inquietó con Compagnucci por la derecha y, a los 4′, otra vez a partir de la presión de Luengo y Jorge en la mitad de la cancha, recuperó bien arriba, Alexis Blanco recibió y sacó un remate fortísimo, que superó la estirada de Francisco Rago y puso el 1 a 0 para el “torito”.
Firme, sólido, muy concentrado, el equipo de Botella se adueñó del juego y no se relajó después de la ventaja, siguió presionando sobre la mitad de la cancha, sin dejar agarrar la pelota a Morete y Rinaldi.
A los 14′, Pereyra se la robó a Bazán en tres cuartos de cancha y probó con un derechazo que Rago contuvo en dos tiempos. Enseguida, “Cachete” volvió a ganar en ataque, superó la salida lejana del arquero y cuando tocó adentro para Blanco, Pedernera cerró justo y sacó al córner. Ferro no podía salir de su asombro, por la forma en que salió a jugarle el conjunto marplatense.
Sin tiempo para reaccionar, Alvarado le asestó el segundo mazazo a los 20′. Se armó una gran jugada por la izquierda, tocaron Santos, Ceballos, Pereyra y salió el cambio de frente para la entrada libre de Compagnucci que en primera instancia chocó con Rago, pero en el rebote no perdonó y sentenció el 2 a 0.
Era justo, el local no tenía argumentos para llegar al área de Barucco y, cuando lo hizo, con remates lejanos, el arquero respondió con solvencia y seguridad. Los de Giganti estaban para el cachetazo, con muchas desconcentraciones defensivas y ante un rival que no le daba respiro.
El trabajo de Damián Luengo en el centro de la cancha era impecable, atento, recuperando todo lo que pasaba cerca y jugando rápido con los encargados de generar fútbol. Pereyra, cada vez más suelto, tomaba protagonismo en la gestación y buscando sociedades con Ceballos y Compagnucci.
Si había algo que le daba también Ramiro Jorge en esa posición de volante central, era pase en profundidad. Y vaya si lo hizo. A los 35′, asistió de manera bárbara a Alexis Blanco por encima de los defensores y el “9” sacó el manual del goleador, sorteó a Rago con un “sombrerito” y la empujó para sellar el 3 a 0 y ganarse el reconocimiento hasta de los hinchas de su ex club.
Era un primer tiempo perfecto de Alvarado, que no dejó dudas. El penal en la última jugada de la etapa inicial que permitió el descuento de Emanuel Morete, generó un dolor de cabeza, pero no cambió la imagen que dejó el equipo de Botella, dueño absoluto de las acciones, con autoridad y un gran rendimiento colectivo.
Giganti se la jugó en el entretiempo y mandó un delantero (Romero) por el volante central (Bazán) y trató de salir a jugar en campo de Alvarado. Pero el “torito” no se dejó llevar por delante, se plantó firme y buscó aprovechar los espacios que dejaba el local en su desesperación para ir por el descuento. Ferro no tenía ideas y los de Botella estaban bien parados, con dos líneas de cuatro marcadas, que obligaban a que pateen de lejos o terminen en pelotazos que eran controlados por los defensores y Barucco.
El objetivo de aguantar esos primeros 15 minutos de Ferro se sortearon sin demasiados inconvenientes y el tiempo cada vez desesperaba aún más al local que carecía de profundidad. En todas las líneas ganaba Alvarado, con la seguridad de su arquero, la solidez defensiva, recuperación y juego en el medio y contundencia arriba, en un encuentro casi sin fisuras del conjunto de Botella. Que pudo haber sellado definitivamente a los 27′, con una buena corrida de Compagnucci que Blanco no pudo definir con dirección.
Perdido por perdido, el técnico local mandó a Lovera (volante ofensivo) por un defensor como Martinich y se jugó las últimas cartas. Por su parte, Alvarado se rearmaba con Fernando Ponce y Nahuel Santos se adelantó en la cancha para la salida de Ceballos.
En ese momento, llegó la desesperación de todos cuando Jorge Romero cayó desplomado en el campo de juego y los jugadores de ambos equipos llamaban rápido para que entren a brindarle atención, se sacaban las camisetas y le daban aire porque el paraguayo no reaccionaba. Ante la falta de una ambulancia, lo retiraron en un auto particular y luego llegó el vehículo sanitario para trasladarlo.
Restaban 13 minutos y Ferro iba por la hazaña. De todas formas, no tenía muchas ideas y parecía que no tenía fuerzas para intentarla. Sin embargo, cuando no había situaciones de gol y el “torito” estaba esperando el final, a los 56′ (de 59′) un centro que cayó en el área y encontró la cabeza de Joaquín Susvielles generó incertidumbre para un final que terminó siendo dramático. Blanco lo pudo definir pero la desperdició y, en la última, el local tuvo un tiro libre en la puerta del área que paró el corazones de los marplatenses. El zurdazo de Rinaldi se fue por encima del travesaño, Bruno Bocca marcó el medio de la cancha y Alvarado cerró un triunfo bárbaro. Con más autoridad que la que indica el final del partido, cuarta victoria consecutiva, estar en zona de clasificación como el mejor tercero de la competencia, a dos puntos de Ferro que tiene que quedar libre y de Defensores de Belgrano de Villa Ramallo que visitará el Minella la semana próxima.