Alberto Fernández recibió a cuatro funcionarios de primera línea en su despacho de Olivos un día después de informar que se aislaría por ser contacto estrecho de una moza de la residencia oficial que tiene coronavirus.
El presidente había comunicado a través de su portavoz, Gabriela Cerruti, que permanecería en la Quinta hasta el viernes luego de que le detectaran el virus a la camarera que le sirve el desayuno. Además, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, que estuvo junto a Alberto el martes en San Juan, dio positivo el miércoles.
Llamativamente el mismo día en que Alberto anunció que se recluiría en Olivos, los ministros Carla Vizzotti y Claudio Moroni publicaron una nueva guía de recomendaciones para empleados y empresas que indica que partir de ahora quienes hayan estado en contacto estrecho con un contagiado podrán salir a trabajar “sin necesidad de presentar resultado de test negativo ni certificado de alta”.
En el propio Gobierno no entendieron la maniobra del presidente, que difundió las cuatro reuniones en su cuenta oficial de Twitter.
“¿Por qué decir que es contacto estrecho de una moza, inventar un aislamiento de tres días y luego sacarse fotos con sus colaboradores cercanos?”, se preguntaban en el Ejecutivo. “Si tiene covid contagió a medio gabinete”, dijeron a LPO, extrañados, en la Rosada.
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