Nicolás Akel conduce desde 2017 al Sporting que el domingo dejó atrás varios tropiezos en semifinales y finales y se coronó campeón del Regional de Clubes A de Hockey tras vencer 4-3 en un partidazo lleno de emociones a Mar del Plata Club, su clásico rival.
El exjugador de Mitre de Buenos Aires, que además coordina toda la actividad del hockey en la institución marplatense, repasó el importante logro. Primero se refirió a sus lágrimas una vez que sonó la bocina del final para un partidazo en el que Sporting ganaba 2-0 y luego perdía 3-2 pero logró remontar. “Significan que todo el trabajo que se está haciendo dio sus frutos. Son muchas cosas las que pasaron con este equipo, porque no solo había que darle contenido técnico y táctico, también había que formar un grupo con chicas de diferentes camadas. Tuvimos que inculcarle mucha disciplina para que llegaran al objetivo de ser campeonas. Las lágrimas son porque el esfuerzo valió la pena”.
– Si fuera un equipo de jugadoras grandes se diría que este título es el broche de oro para un ciclo. ¿Cómo lo definirías teniendo en cuenta la juventud del plantel?
– Es el comienzo de un ciclo. Ellas lograron madurez dentro de la cancha con respecto a la toma de decisiones, pero no tienen techo, les falta crecer un montón. Están subiendo chicas de primer año de Quinta que tienen muchas ganas de pertenecer al grupo y que se acoplaron bien a la idea de trabajo, a los siete estímulos semanales de entrenamiento. Para el hockey marplatense es buenísimo porque trabajar así le dará jugadoras de calidad a la ciudad.
– En el último tiempo el equipo jugó varias semifinales y finales. ¿Qué le viste de distinto en esta?
– La convicción, ellas saben a lo que juegan y lo tienen claro, pero les costaba plasmarlo en la cancha por la inexperiencia. Este es un equipo que hace unos años estuvo peleando por no descender y ahora pelea campeonatos, son objetivos muy distintos. Cuando peleás abajo es más con garra, con el último manotazo de ahogado. Ahora no, ahora hay que tener la cabeza fría y hay que jugar bien. Con Mar del Plata Club los dos sabíamos a lo que jugábamos y ganó el que menos se equivocó, yo lo dije en el banco cuando estábamos el tercer cuarto.
– ¿Cómo trabajaron en la parte mental para que el equipo no se desesperara cuando pasó a perder y no dejara escapar la chance?
– La parte mental no es solamente trabajar la cabeza de la jugadora. La fortaleza no te la da solamente un psicólogo, también es clave tener más recursos técnicos, tácticos y físicos. Eso las hace sentir fuertes para llegar a los objetivos. Una cosa que hicimos para este torneo fue plantearlo sin presiones de ganarlo, no tomarlo como algo que teníamos que ir a buscar. En algún punto ninguneamos el torneo, no le metimos fichas a las jugadoras para que la única opción sea salir campeonas. Queríamos ir partido a partido y que se fueran soltando en su confianza. Creo que funcionó. Al principio tuvimos una charla y les pregunté a qué iban y ellas dijeron que querían salir campeonas. Ahí empezaron a armar su cabeza. Me saco el sombrero con estas pibas porque el sacrificio que hacen para dejar al club en lo más alto es impresionante.
– Se toman algo amateur de manera casi profesional.
– Sí. También creo que en Mar del Plata están creciendo muchos clubes. Hoy acá podés perder con cualquiera. Banco Provincia, que está último, hace cosas que me gustan mucho y te sabe complicar, IDRA es un equipo que juega muy bien. Yo siempre fui de sacar lo positivo de los rivales porque nadie tiene la receta de la verdad. Soy de observar mucho. De hecho a la “Rata” (Victoria Filinich) le dije que si hacía lo que hace una delantera de Mar del Plata Club al definir iba a hacer más goles, y metió uno en la semifinal y otro en la final. Esas cosas nos hacen crecer a todos.
– ¿Todo lo que pasó en la final es un resumen de tu ciclo al frente del equipo?
– Yo diría que es el resumen para un nuevo comienzo, prefiero tomarlo así. Creo que esto no termina acá, las chicas tienen que seguir construyendo y sosteniendo esto para llegar más alto. Sería muy mediocre quedarse con que le ganamos una final del Regional a Mar del Plata Club.
– ¿Qué pensaste cuando iban 2-0 tan rápido?
– Que les podíamos meter más.
– ¿Y qué pensaste cuando pasaron a perder 3-2?
– Que teníamos que tener paciencia. Fue muy gracioso, porque antes del último cuarto, que estábamos 3-3, metí una arenga de esas que no quería llegar a darles porque tenía miedo de meterles presión, aunque ya estábamos jugados. Les dije que no me quería ir segundo, que quería la copa, pero que había que estar con tranquilidad y paciencia, que debíamos jugar corto y llegar al arco y meterla. Fue así, porque Malena (Fernández Criado) en el gol, en otra instancia hubiera intentado tirar de revés o pegarle derecho. Estuvo fría, eludió a la jugadora y a la arquera y con paciencia definió.
– ¿Cómo analizás el camino en el Regional?
– Fuimos creciendo de a poquito. Este año me parece que el equipo refuerza las cosas buenas de un partido al otro y las repite. Así fuimos sumando en el Regional. Con El Nacional ganamos pero no jugamos bien, contra Los 50 hicimos las cosas bien pero el rival se nos recontra cerró y no lo pudimos definir. En la charla dijimos que debían ser más frías y pacientes. Y frente a Pacífico lo hicimos y ganamos bien, tranquilos. En la semi con Sportiva, ellas por ahí tenían más condiciones técnicas pero las chicas fueron prolijas y le dieron la pelota a quien se la tenían que dar para terminar la jugada y romper desde lo individual. Eso también muestra madurez.