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Actos de irresponsabilidad económica que no se entienden.

El Ministro de Economía de la Nación Sergio Tomás Massa salió a “quemar las naves”, en su rol de candidato y al solo efecto de ingresar en un posible balotaje, antepone su interés personal al de millones de argentinos que observamos estupefactos sus decisiones y sufriremos dócilmente sus efectos. Alejandro Borensztein en su artículo en Clarín sintetiza con humor: “Por suerte tenemos al candidato Sergio Massa que, si Dios quiere, a partir de diciembre terminará con el desastre que está haciendo su homónimo… regala la guita que no tiene porque es una factura que no va a tener que pagar”.  

A modo de ejemplo van cuatro actos de irresponsabilidad en materia económica:

Salto devaluatorio:  el día posterior a las PASO, Massa gesta un salto devaluatorio del tipo de cambio oficial, en una situación de debilidad política por el resultado de la elección y por la gestión de su gobierno, sin tomar medidas complementarias, sin comunicar, sin anclas y sin un plan de estabilización de por medio.  En la mañana del 14 de agosto Miguel Pesce en soledad (solo conversó con Leonardo Macdur) tomó la decisión a pedido del Ministro y el dólar oficial toma un valor de $350 por dólar.

Cuando en enero de 2014 Juan Carlos Fabrega devaluó, el traslado a precios (pass through) llevó tres trimestres. En esta oportunidad FUE CASI INSTANTÁNEO. En su primer discurso como Ministro, Sergio Massa descartó que el gobierno convalide un salto discreto del tipo de cambio y dijo:  “Los shocks devaluatorios lo único que producen es pobreza y una enorme transferencia de recursos”. Quiere decir que tenía claros los efectos, y si bien, no es la primera vez que se contradice a sí mismo, tampoco es casual que culpe al FMI. Tenía varias opciones: hacerlo bien, mal o  no hacerlo, respondiendo que NO a la presión del FMI  y decidió hacerlo  como lo hizo. Su iresponsabilidad la pagamos con la suba de un “escalón” en la inflación, que se  comienza a mover con dos dígitos mensuales.

La devaluación es una medida contractiva y cuando el daño estaba hecho tomó medidas expansivas para amortiguar los efectos. Tal vez, sea muy retorcido y perverso pensar que se pretendía que saliera mal con nosotros dentro del barco PAÍS, para mostrarle al FMI el error del reclamo.

Subir el mínimo imponible de ganancia: la suba es de 152% del mínimo no imponible del tributo, llevándolo de $ 700.875 a $ 1.770.000 brutos y eximiendo del pago a aproximadamente unos 800.000 asalariados formales de los sectores de más altos ingresos de la población, con un costo fiscal cercano al billón de pesos.  Con la dinámica inflacionaria muy alta es difícil hacer comparaciones aunque aludimos a que Mauricio Macri, tras su derrota en las PASO, aumentó 20% el mínimo no imponible de ganancias y redujo a la mitad la alícuota del IVA sobre algunos alimentos, algo similar, no igual, a la situación actual.

Ante la pérdida de recursos prevista, aquella vez la provincia de Entre Ríos, gobernada por Gustavo Bordet, presentó una medida cautelar ante la Corte Suprema de Justicia para impedir que el Ejecutivo disminuyera la masa de coparticipación. A esa demanda se sumaron 14 provincias: Catamarca, Chubut, Formosa, La Pampa, La Rioja, Misiones, Salta, San Juan, San Luis, Santa Cruz, Santa Fe, Santiago del Estero, Tierra del Fuego y Tucumán.

Reducir el déficit siempre es difícil porque hay que decir NO. El impuesto a las ganancias es la base de un sistema tributario equitativo que se ha desvirtuado con mínimos no imponibles manejados políticamente. Sería bueno reconocer que el impuesto es a los ingresos o retribución de los cuatro factores productivos (renta de la tierra, interés del capital, ganancia  empresarial, y salarios del trabajo) como es en todo el mundo, y que tiene que recaer sobre los que tienen ingresos más altos, es coparticipable y la merma en la recaudación en buena parte lo soportan las provincias que se quedan con menos ingresos.  Llama la atención que ahora mansamente los gobernadores aceptan este recorte de ingresos.  Es “filosófico” hay que bajar impuestos y gastos,  sin embargo hay impuestos más regresivos que ganancias en la distribución del ingreso, entre ellos los impuestos provinciales como ingresos brutos por ejemplo.  Que se empiece por ganancias sin mostrar una contrapartida de baja de gastos muestra que solamente es una medida de corte electoralista que como “Ley” YA tiene media sanción.

Compre sin IVA: el Ministro, Sergio Massa, anunció que se presentará un proyecto de ley destinado a reducir la carga tributaria que pesa sobre la Canasta Básica Alimentaria (CBA), y que llevará por nombre “Compre sin IVA”.  Mediante este mecanismo, se prevé la devolución de hasta un 21% del monto de las compras, con un tope equivalente al 21% del valor de la CBA hoy 130.590 (para una familia tipo en Agosto), por tanto equivale a una devolución de $ 27.423 por beneficiario para compras con tarjetas de débito y cuenta DNI en alimentos, carnes, frutas, verduras, lácteos y productos de higiene personal.

Mientras se trata la ley en el Congreso por Resolución 1373/2023 del Ministerio de Economía y la Resolución General 5418/2023 de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), publicadas en el Boletín Oficial desde el lunes 18 de Septiembre, rige la devolución del dinero correspondiente al impuesto al valor agregado que estará disponible en las siguientes 24 horas cuando la compra se hace antes de las 17.00 horas y de 48 horas de realizada la transacción cuando se realiza en horario posterior a las 17.00 horas. Retribución que tendrá un techo mensual de $18.800 hasta que se apruebe la ley.

Se benefician con la medida, unos 7 millones de jubilados y pensionados,  2,5 millones de beneficiarios de la AUH, unos 2,3 millones de monotributistas.(sólo los que no tienen otros ingresos), unos 9 millones de empleados en relación de dependencia con ingresos de $ 708.000 (hasta 6 salarios mínimos de $ 118.000) y los 440 mil trabajadores del Régimen del Personal de Casa Particulares.  Se puede hacer la consulta en Afip “Reintegros” anotando número de Cuil o Cuit para saber si estamos incluidos entre los beneficiarios. 

Dice Esteban Domecq: “El Gobierno está tomando un riesgo acá en un instinto de supervivencia, digamos política. Es un intento de tratar de rascar algún voto más sobre la hora, pero es un acto de irresponsabilidad muy grande en términos de política macroeconómica”. ¿Piensa el Ministro-Candidato que veintiún millones de personas le endosaran su voto luego de esta mejora?, o tomarán los beneficios y votarán a otro candidato.

La consultora LCG en un informe consideró que “en total, y calculadas al día de hoy, post PASO el Gobierno avanzó en políticas expansivas por un total de 1,1% del PBI”. Esto está explicado por “0,42 puntos por el paquete inicial anunciado el domingo siguiente a las elecciones que incluía principalmente bonos compensadores a asalariados formales públicos y privados y jubilados y pensionados de la mínima; 0,52 puntos por la suba de 152% de Ganancias y 0,25 puntos por la devolución de IVA a un amplio universo de beneficiarios”.

Hay que contemplar “los tiempos” y la disponibilidad de fondos, no está mal repartir fondos que están en caja.  Muy discutible es repartir lo que no se tiene, qué es lo que hace Massa.

Presupuesto 2024: inflación del 70%, dólar oficial a $600 y déficit de 0,9% del PBI, con una estimación de crecimiento del 2,7% del PBI. Son los principales números del presupuesto 2024 que por un acuerdo entre el candidato Milei y el Ministro Massa no se tratará en el congreso hasta después de las elecciones.

El presupuesto 2023 preveía una inflación del 60%; la dinámica hace que hasta agosto de 2024 con inflación mensual de 12,4%  el acumulado del año es de 80,2%, precisamente en agosto hubo aumentos significativos en Asado 32,4%, carne picada 39,4%, paleta 34,1%, cuadril 33,3% Nalga 32,8%, Papa 28,3% y tomate redondo 31,8, pollo entero 20,6%.  Y la inflación de precios mayoristas fue de 18,7% lo que presagia una inflación de precios al consumidor alta para septiembre. ¿Cómo explica el Ministro que en el 2024 la inflación baje, si las medidas que tomó luego de las elecciones son expansivas, por ende inflacionarias?.  

Alejandro Bercovich en su columna de BAE Negocios dice “Massa se siente a sus anchas confrontando con Milei, al punto que cedió a su pedido de postergar el debate parlamentario del Presupuesto y simplemente copió y pegó las metas comprometidas ante el Fondo Monetario en un proyecto llamado a convertirse pronto en letra mojada. El Fondo lo sabe y tampoco pataleó demasiado, aunque sí transmitió su malestar por el costo fiscal de las medidas compensatorias de la devaluación que anunció el ministro-candidato. Será un problema si hay ballotage, porque la próxima revisión es justo en noviembre, pero en Economía esperan llegar vivos a ese momento para encararlo recién entonces.”

Si el presupuesto proyecta que el intercambio de información financiera con Estados Unidos y el blanqueo de capitales -que todavía no es ley- aportarán ingresos por 0,18% del PBI el año próximo y como dice Bercovich es una simple pegatina de metas comprometidas con el FMI, y que como el Presupuesto 2023 que en julio ya superaba la meta del 60% de inflación calculada para todo el año entonces también es un acto de irresponsabilidad. 

Conclusiones: Anecdóticos son los sorteos de autos, electrodomésticos, el suplemento del bono para afiliados al Pami, la nueva medición de la inflación semanal por el ministerio de economía, bono para trabajadores informales y los impredecibles anuncios que vendrán, que seguramente se alejan de lo pactado con el FMI y de lo que requiere la macroeconomía, en cuanto a déficit fiscal, emisión monetaria, acumulación de reservas.

Estamos en “lógica de campaña”. No sabemos qué harán los candidatos con los tres rubros más significativos de los gastos públicos: seguridad social, subsidios a servicios públicos y sueldos. Tenemos reservas netas negativas, alto desequilibrio fiscal, sin acceso al mercado voluntario para financiarlo, con distorsiones de precios relativos, alta inflación, pobreza y deudas en divisas por doquier que son la pesada herencia que el populismo le dejará a la nueva administración. 

Como expresa  Miguel Kiguel en el Cronista: “Aunque el tipo de cambio no será el único precio relativo que habrá que corregir. El campo minado se viene extendiendo a las tarifas a las que se les está poniendo un fuerte freno en estos meses, a la medicina prepaga, a los combustibles y a cuanto precio el gobierno puede regular. Se está creando el terreno para un RODRIGACITO, que no se espera que genere una explosión del tamaño de 1975, pero igual habrá que protegerse de las esquirlas”.

Para atacar todos los problemas en simultáneo, manteniendo un mínimo de estabilidad se requiere un programa económico integral con fuerte apoyo político para romper esa telaraña, se puede cometer el error de cortar un cable equivocado por ende deseamos que a futuro el Ministerio de Economía sea gestionado por profesionales menos irresponsables.

JOSE LUIS STELLA

LIC. EN ECONOMÍA

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