El mínimo no imponible sobre el impuesto a las ganancias, determina que a partir de un ingreso menor a un monto determinado no se tributa, lamentablemente, este no se actualiza desde abril del 2011, por lo que debido al marcado proceso inflacionario que sufre el país, hoy paga ganancias mucha gente que apenas gana lo necesario para subsistir, transformándolo en un impuesto regresivo e injusto, que en vez de contribuir a la re-distribución de la riqueza, grava al pobre, y cumple un rol puramente recaudatorio a favor del fisco.
Por lo tanto, constituye un luz de esperanza, para todos estos trabajadores que ven seriamente vulnerado su poder adquisitivo, y la posibilidad de cubrir las necesidades mínimas de sus familias, la decisión del juez Alfredo López, titular del Juzgado federal Nº 4 de Mar del Plata, que hizo lugar a un amparo presentado por un trabajador que siendo casado gana $ 5300, y al cobrar el aguinaldo, superó el piso del mínimo no imponible.
El magistrado, consideró que : “la falta de actualización” del mínimo no imponible “importa en los hechos una irrazonable afectación al módico salario que percibe mensualmente el amparista y con el cual debe hacer frente a todas las necesidades básicas e indispensables, propias y de su familia, vulnerándose en forma manifiesta su poder adquisitivo”.
El mínimo no imponible sobre el impuesto a las ganancias, debería ser actualizado anualmente, según la ley 20.628, lamentablemente, un gobierno que se dice nacional y popular, tiene a miles de Argentinos de rehenes en su pelea con el titular dela CGT, y se ha empecinado en no modificar este monto nada mas que para no ceder a las demandas en este sentido, sin importarle en lo mas mínimo las necesidades de la gente.
Por todo lo dicho, consideramos oportuna, justa y muy acertada la decisión del juez Lopez, esperemos que ningún personaje gubernamental, descubra de golpe, que López olvidó poner una coma en una sentencia y lo quieran desplazar del cargo, como sucede a menudo con los magistrados que cuestionan decisiones de CFK.
