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Abad más embarrado en plena campaña de la interna radical bonaerense

 

 

Sin votos propios ni empatía, insuficiente nivel de conocimiento y sin funciones ejecutivas a través de 40 años de militancia política, en la actualidad se lo puede observar junto a Patricia Bullrich y Luis Petri remando a Diego Valenzuela, quien intenta posicionarse en 2025 como el candidato excluyente en el armado de Javier Milei en la LLA, para ser en 2027 el sucesor de Axel Kicillof.

Abad no puede renegar de Bullrich, quien lo subió como primer senador nacional de la Provincia de Buenos Aires, y en ese contexto también parece mojarle la oreja al propio Guillermo Montenegro,  quien a su vez es aspirante desde las sombras (por ahora) al mismo cargo con Venezuela.

Abad en uno de sus primeros votos en la cámara alta nacional, elevó su mano para autogenerarse ingresos de $ 9.000.000 y duplicar su número de asesores llevándolo de 11 a 23, en menos de seis meses de haber asumido.

A su vez, Montenegro consideró públicamente a Abad como el único socio político en el ámbito marplatense.

Y entre ambos protocolizaron a Marina Sánchez Herrero como la escribana y presidenta del HCD de la MGP, donde fluyen legislativamente los acuerdos políticos entre el PRO y la UCR como la reciente aprobación del  múltiple acuerdo de excepciones y compensaciones, tras lo cual Mar del Plata tendría una torre de 35 pisos (18 veces más de lo permitido) en una zona expresamente prohibida y exclusiva de la costa marplatense.

El intendente de General Pueyrredon (que tiene a San Isidro como su “lugar en el mundo”) no tiene reelección y siempre mantuvo sus aspiraciones para ocupar el lugar de su mentora María Eugenia Vidal, una línea del PRO donde Abad siempre se sintió cómodo hasta cuando compartió sus correrías legislativas con el eyectado Manuel Mosca, ex hombre fuerte de MEV, alejado del poder involucrado judicialmente en delitos de índole sexual, profusamente rechazados.

En este contexto, agotado su mandato,  Abad brega desde su influencia política para mantener el poder partidario en la Provincia de Buenos Aires.

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