“Los muertos que vos matáis, gozan de buena salud”, dijo ignoto personaje, siglos atrás.- Y la frase cobra actualidad, al observar la irresponsabilidad o desconocimiento de políticos y periodistas que dan por terminado el ciclo gubernamental de la actual presidente de la Nación.
No sería la primera vez que el partido fundado por la dinastía kirchnerista renace como el Ave Fénix; y resurge de las cenizas más que por méritos propios que por la insolvencia y apetencias desmedidas de la mayoría de los políticos argentinos.
Otro sería el cantar, si alguno de los que se imaginan con la banda cruzándoles el pecho hubiera tomado conciencia del daño que se le hacía al país con medidas disparatadas o leyes que aprobaron con su voto en el Parlamento; ellos lo hicieron.
No estaríamos en este estado calamitoso si Binner, Pino Solana y otros de los que ahora reclaman el “fin de fiesta” se hubieran jugado políticamente.
También podríamos decir que el “kirchnerismo”, ya fue si Daniel Scioli hubiera subido su natural temperatura corporal, que lo convierte en tibio consuetudinario, jugándose con Massa en las últimas elecciones. Inició conversaciones pero le tuvo miedo a Cristina. Prefirió apostar “unos boletitos” a Francisco de Narváez, como aquel que temerosamente arriesga unas monedas en la quiniela clandestina. ¿Alguien puede creer que bajo cuerda no existía un acuerdo entre el gobernador y Francisco de Narváez? No sólo por la importancia que tuvo “Pepe” Scioli convertido, por fuerza de la publicidad, en uno de los preclaros políticos de nuestros días…
(A propósito del hermano del gobernador: En Mar del Plata y toda la 5ª. Sección Electoral –más de medio millón de votantes–, no existían otros candidatos a senador que tuvieron que importar un foráneo? )
Cristina políticamente no está muerta; es más, creo que goza de excelente salud (electoral).
Ha demostrado que no le tiembla el pulso cuando hay que aumentar la apuesta. Se podrá argumentar que está tocando la lira como Nerón antes de incendiar Roma, pero esa también es una de las facetas peligrosas que pueden revertir la derrota, y lograr el triunfo electoral aunque agrave la situación socio-económica y política de La Argentina.
Menem, en una oportunidad, triunfo con el voto cuota.
¿Qué pasaría si Cristina deja sin efecto el impuesto a las ganancias?
¿Si incrementa los subsidios para evitar que electricidad, gas, transportes, combustibles, sigan aumentando?
¿Qué efectos electorales provocarían nuevas medidas demagógicas y populistas?
¿Si temporalmente suspende el cepo sobre el dólar?
Sólo algunos cambios cosméticos en el gabinete, le darían un resuello con los votos; con sólo correr del escenario a algunos de los jóvenes de la Cámpora e incorporar a viejos y conocidos peronistas, sería suficiente, para dar pelea en los finales de octubre…
Por ello, muchachos candidatos, dejen de rascarse el pupo y piensan medidas en serio y sociedades capacitadas para vencer al aparato Kristinista.
No se llega a la presidencia “con elecciones internas” como reclama el benemérito señor gobernador de Buenos Aires…
EL diablo sabe por diablo pero más sabe por viejo, (o femenino).
Las chances de la Señora, yo creo, están intactas. Es más: me parece que si la oposición no se aviva y abandona los delirios, podemos tener varias décadas más de Kristinismo. Y sin reformar la Constitución Nacional.
¿Cómo?
Muy sencillo: La señora puede elegir a alguno de los tibios gobernadores de provincia y nominarlo con su dedo mágico para aspirar, en 2015, a la presidencia de la Nación. Previamente le impondría como condición “sine qua non” al débil, timorato, mojigato, “Presidente” que ella será, durante todo el mandato, la “la jefa de gabinete”, vale decir la figura fuerte del gobierno; fuerte, no como Abel Medina, Alberto Fernández o Sergio Mazza …
(¿Elecciones internas? Acuérdate “Chichipato” de la maldición que pesa sobre los gobernadores de Buenos Aires que no pueden llegar a la Presidencia de la Nación…)
Como opinión personal de quien la escribe, esta nota es válida. Pero como en el kirchnerismo, la realidad es totalmente distinta. En esta última elección la GRAN PERDEDORA fue justamente cristina. Y quedo demostrado despúes de la patética refriega que nos brindo a todos los argentinos por cadena nacional desde tecnopólis. No se trata de impuesto a las ganancias, subsidios, y nada mas. De lo que se trata justamente es de la absoluta intolerancia, el deprecio por las instituciones e inclusive por la propia democracia que vemos todos los días en cada acto y cada acción. Solo con hablar con culquier ciudadano en la calle en un taxi, en una cola, te das cuenta del fastidio generalizado que la gente siente por esta señora y todo su sequito.