Ya nos hemos acostumbrado a padecer la fuerte presión impositiva que nos ejerce a diario el gobierno nacional y provincial. A sabiendas que es una administración incapaz de ofrecer buenos servicios por los impuestos que cobran y tolerando la mayor corrupción de nuestra historia política, los cuasi ciudadanos seguimos soñando con una Argentina más justa.
El Estado no brinda nada a cambio. Ni justicia, ni seguridad, ni educación.
Desde que asumieron los Kirchner a las cuestiones elementales como el respeto por las instituciones de la República, la libertad de prensa, la libertad económica y la ausencia de una justicia que sea eficaz e incorruptible se ha sumado el abandono de las funciones indelegables de cualquier Estado donde el acuerdo social es palabra muerta.
A pesar de sufrir la excesiva carga tributaria, una de las más importantes del mundo por cierto, si deseamos una buena educación acorde con los tiempos que corren hay que pagarla. Si necesitamos mayor seguridad para vivir también debemos pagarla.
En más de diez años de gobierno los Kirchner dilapidaron miles de millones de dólares fruto de las exportaciones a países que necesitaban de nuestras materias primas. La mayoría de los países vecinos crecieron económicamente mientras que nosotros no lo hicimos en esa medida. Un mundo urgido de productos alimenticios que generamos el gobierno Nacional no fue capaz de aprovechar ese viento de cola además de aumentar la carga impositiva llevando a la asfixia económica a todo el aparato productivo.
El Estado argentino es incapaz y corrupto
Los Partidos políticos de la oposición de caras a las elecciones del 2015 deberán llegar a un acuerdo para llevar a los tribunales a cada uno de los personajes que nos han gobernado durante esta década perdida. Desde la Presidente Cristina Fernández hasta el último de sus MInistros. Como se hacía en la época de la Colonia con el Juicio de Residencias.
Al finalizar cada uno de los mandatos se debía rendir cuentas. Quién no tenía argumentos, iba preso devolviendo lo que robó.
Si bien el concepto de “CONADEP” de la corrupción esgrimido por Julio Cobos es comprensible y el espíritu que brota de ella es juzgar por todos los actos de corrupción e incapacidad a quienes ejercieron la función de gobernar, prefiero reemplazar esa sigla por otra para no quitarle la importancia que la misma tiene en referencia a ese tiempo nefasto y triste de la historia reciente de nuestro país.
Creo firmemente que el pacto de impunidad es un hecho. Pongamos atención como se ha estado moviendo la Presidente sigilosamente dentro de la Justicia, logrando unificar “criterios” para cuando le lluevan demandas judiciales una vez finalizado su mandato.
Solo un gobierno NO peronista elegido en el 2015 puede asegurar que no habrá pacto de impunidad y que todos los que han pasado por la función pública durante esta siniestra década perdida se enfrenten a un Tribunal especialmente conformado para ello.
Es fundamental para la salud futura de nuestra República que alguna vez y para siempre QUIEN LAS HACE LAS PAGA, un castigo ejemplar para las futuras generaciones de funcionarios.
El Estado somos todos nosotros. Quienes nos gobiernan son simples administradores. Como tales, deberán hacerse responsables por cada acto y decisión que tomen como así también devolver lo que se apropiaron indebidamente.
Hugo Moyano y Luis Barrionuevo insisten en un nuevo Paro General, como si el resultado de esa medida de fuerza fuera la solución a los graves problemas no solo de los trabajadores sino de las fuerzas productivas.
El Paro General solo trae pérdidas millonarias a la Argentina. Los beneficiados serán Moyano y a Barrionuevo en la interna del PJ que promete ser feroz. Mientras tanto Caló ofreció su renuncia para lograr una CGT unificada siempre que Moyano lo imite. “El Hugo” no lo va a imitar, siempre en su cabecita loca está el sueño de convertirse en el Lula Da Silva argentino. Total… soñar no cuesta nada.
De a poco la amalgama política de UNEN va tomando forma
No creo que Macri y la Presidente Fernández lleguen a un acuerdo político, no porque a Cristina y sus genios políticos no se les ocurra dicha aventura política sino por la determinación del propio Mauricio que ha dicho a los cuatro vientos que quiere terciar entre el PJ y UNEN.
Lo cierto es que en el peronismo cohabitan dos prima donna, Massa y Scioli, el resto son relleno para pavo.
Ambos se jactan de mantener una buena relación con el Jefe de Gobierno porteño, sin embargo a “la hora de los bifes” a Macri lo dejan de lado y tratan de dirimir la interna entre ambos bonaerenses, saben a la perfección qué es lo que está en juego. Nada más ni nada menos que “La Caja” y el poder que genera.
En esa perspectiva, no alcanza que la Presidente Cristina Fernández sueñe con el “efecto Bachelete-Piñera”, la realidad es que la carismática Presidente de Chile Michelle Bachelete, dejó su gobierno con casi 70% de imagen positiva y a Cristina le cuesta mantener su paupérrimo 20% de intención de voto. Agravado esto cuando gran parte de sus seguidores pertenecen al motonauta Gobernador.
Así las cosas, a Mauricio Macri, no le quedará otro remedio que llegar a un acuerdo programático con UNEN.
Lo mismo le sucede a los candidatos como Julio Cobos, Binner, Sanz y Carrió, a la fuerza tendrán que acordar con el PRO ya que no pueden desperdiciar el casi 20% con el que cuenta Macri. Separados pierden ambas fuerzas políticas en manos del PJ y si eso ocurre habra bollatage peronista y otro ciclo justicialista en ciernes.
Seguramente el mundial de football narcotizará la política y la mente de la mayoría de los argentinos aplazando acuerdos, candidatos y programas para el mes de agosto, que sumado a la voraz inflación y al creciente conflicto social promete ser de los más calientes de los últimos años.
Ricardo Bengolea