Una vez más la caída de una precipitación pluvial de un nivel regular de agua provoca zozobra y dificultades en todo el ejido de la ciudad. Llama la atención como avanza el agua hacia la línea de edificación, aún cuando la lluvia no supera los 22 mm / hora.
Esta situación sólo es posible por el mal mantenimiento de los desagües pluviales y la pésima recolección de la calidad del servicio de recolección de residuos. La cuestión es que en los barrios periféricos y en el centro de la ciudad, se observa el crecimiento del nivel del agua.
El fenómeno no es nuevo, y no sería un exceso conocer a través de sendos pedidos de informes de la Comisión de Obras y de Recursos Hídricos del Concejo Deliberante, conocer cuál es la situación de ambos servicios, para evitar (en caso de ser necesario) males mayores, como evacuaciones y serias pérdidas materiales.
La intervención se vuelve oportuna ya que se aproxima el período de mayores lluvias, y más vale prevenir que curar. La cantidad de lluvia caída (medidas en milímetros) en varias horas, es insuficiente para provocar los trastornos que producen cuatro gotas.
Los títulos dicen luego cayeron 138 mm de lluvia pero no dicen que la precipitación fue durante 10 horas, con los cual el promedio no arroja más de 15 mm / hora, una media absolutamente tolerable para una capacidad de escurrimiento con doble coeficiente de absorción. Defensa Civil y Bomberos deberían ser los primeros en advertir esta irregularidad.
Tampoco se conoció informe alguno del Comité Municipal de Contingencia Meteorológica aunque el sentido común indica que está para llevar tranquilidad a la población.
Mucho más cuando el Servicio Meteorológico Nacional pronosticó tormentas, algunas fuertes o severas. Y vientos regulares a muy fuertes del sector este.
Definitivamente no sirven ni siquiera para cortar y pegar desde la página oficial del tiempo.
