El escribano documentó el último invento de la industria chacinera tandilense: la elaboración del salame más grande que se haya visto jamás. Midió 16 metros con 10 centímetros y fue jubilosamente presentado en la noche del viernes en el escenario del Anfiteatro Martín Fierro.
La ciudad hasta ayer tenía su Monumento al Salame, emplazado en el corazón de la Avenida Espora, en plena entrada de Tandil. Como si esto fuera poco, desde la noche del viernes Tandil también ya tiene el salame más largo del planeta y a su vez dispone de la primera Denominación de Origen de Argentina en lo que respecta a un alimento de elaboración agroindustrial.
Toda esta suerte de epifanía chacinera ocurrió en el marco del Festival de la Sierra y el Salame Tandilero, aunque la noticia no fue sorpresa ya que algo habían adelantado los organizadores.
El desmesurado salame provocó la admiración del público presente en el tradicional escenario donde se llevan a cabo las Estampas de la Pasión. A la hora de probar su gusto –elaborado dentro de la clásica receta con que se fabrica el salame tandilero-, el chef Juan Braceli, del programa televisivo Cocineros Argentinos, fue quien tuvo a cargo la ceremonia de degustación, aunque se ignora si posteriormente las centenares de almas que colmaron el Anfiteatro pudieron prenderse al monumental chorizo. Ganas seguro que no le faltó a nadie.
La presencia del escribano Marcelo Cifuentes a la hora de dar fe de las estrafalarias medidas del chorizo seco, amerita a pensar que el salame en cuestión también podría ser presentado ante el comité ejecutivo de los Records Guiness ya que igualó e incluso superó la marca histórica preexistente.