La misma contará con la presencia especial de Gustavo Collado, baterista de las bandas Divididos y La Sobrecarga.
En la oportunidad, se hablará sobre los hitos fundamentales del rock nacional y su estrecho vínculo con la ciudad de Mar del Plata.
Además se conocerán anécdotas del músico, que compartió escenario con otros grupos referentes del género, como Soda Stereo, Sumo, Fricción y Virus, con quienes formaron parte de la movida moderna en pubs.
Semblanza de LA SOBRECARGA
Esta banda estandarte de la “modernidad” del rock argentino, liderada por el baterista Gustavo Collado, provino de Trenque Lauquen en 1983 (donde eran conocidos como Igoagrio) y, con la incorporación de Gamexane y Guillermo Squinti en bajo, formaron parte de la movida moderna de pubs under, junto a Soda Stereo y Virus. Llegaron a registrar su material recién en 1986, con los hits “Viajando hacia el este” y “Shock eléctrico”.
En 1987 fueron el grupo soporte de The Cure, banda dark por excelencia (en marzo, en Ferro). Con la colaboración de Daniel Melero (teclados), Flavio La Forma (saxos) y la corista japonesa Mitzko, registraron la segunda placa, “Mentirse y creerse”, con la cual obtuvieron aún más éxito que con la primera.
La onda dark terminó en 1988, cuando se disolvieron tres grupos emblemáticos: La Sobrecarga, Fricción y El Corte. Gamexane integró Todos Tus Muertos, y Collado se unió a Divididos.
En 1994 editaron en CD una selección de los dos discos, bajo el título “Shock eléctrico”. Después de casi 7 años sin pisar escenarios, se presentaron en “El Living”, en diciembre de 1995, ya convertidos en un cuarteto: Dominici, Collado, el regreso de Willy Robles y Ángel Ruffo (percusión.
En enero de 2010 concretaron un show del reencuentro, con la intención de mantenerse en actividad, que sigue hasta el día de hoy, con un resurgimiento por esta banda pionera del “dark”, muchos nuevos y jóvenes seguidores y un nuevo Cd pronto a editarse.
Si la historia de La Sobrecarga fue un libro, Sumo se encargó entonces no sólo del epílogo, sino también del prólogo, ya que hicieron su primer desembarco porteño firme –desde su Trenque Lauquen natal– como soportes de ellos. Hasta ese entonces, su única experiencia en Capital había sido en un homenaje a John Lennon interrumpido por una violenta razzia en 1981 y ante la mirada de Miguel Abuelo, su primer fanático de renombre.
Esos pocos años les sirvieron para inscribir su nombre entre los principales promotores de la renovación sonora del rock local junto a Sumo, Fricción y Soda Stereo, grupos con los que compartieron el incipiente movimiento under por bares y pubs.