Cuando se está a menos de un mes de la apertura del 24º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, comienzan a aparecer las novedades. Como piña, teniendo en cuenta que hasta ahora no se sabía mucho más allá de que la propuesta iba más corta que en anteriores oportunidades: sólo una semana -del 7 al 15 de noviembre- y con nada más que 150 películas en total.
Sin embargo en las últimas horas se comenzaron a filtrar algunos datos. En su edición de hoy del diario Clarín se indicó que por ejemplo Juan José Campanella será integrante del jurado para la Competencia Oficial que, como es lógico, será también reducida: estará integrada por 14 films. Ya se conocen la uruguaya Mal día para pescar y las nacionales Francia de Adrián Caetano y Vikingo, de José Campusano, quien el año pasado compitió con la cuestionada Vil romance.
Entre las novedades cinematográficas se conoció que el Festival abrirá el 7 con lo nuevo de los hermanos Coen, A serious man. No será la primera vez que los hermanitos prolíficos muestren su obra en la ciudad. Fargo, nominada al Oscar, se había visto en estas playas en el festival de 1996. Además la clausura será con Taking Woodstock, de Ang Lee, y habrá un homenaje a Jim Henson y otro al crítico uruguayo Homero Alsina Thevenet.
Pero no sólo de arte vive el hombre. Además se indicó que durante el Festival se realizará la inauguración de la primera sala en 3D en Mar del Plata, hecho tecnológico significativo dado que el cine hoy por hoy está apuntando a ese factor como forma de mantener su producción ante el avance de la piratería. Por lo tanto, luego de estos días de muestra la sala quedará como un lugar donde se verán los estrenos en 3D del año.
Más películas
Por su parte, el sitio especializado otroscines.com brindó una lista de algunas películas que se podrían estar viendo en diversas secciones paralelas como por ejemplo Antichrist, de Lars Von Trier; Eden à l’Ouest, de Costa Gavras; Ricky, de François Ozon; 36 vues du Mont Saint Loup, de Jacques Rivette; Yuki & Nina, de Nobuhiro Suwa; Mother, de Bong Joon-ho; The time that remains, de Elia Suleiman o Un prophète, de Jacques Audiard, todos nombres destacados y que intentan darle un poco de renombre al Festival.
Como se ve, algunas novedades interesantes pero también la confirmación de que el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata pasó a un segundo plano y hoy se parece más a una muestra de futuros estrenos que a un espacio donde se debata el perfil del cine que hoy se consume en el mundo. Más allá del marplatensismo que siempre surge, hay que considerar a este acontecimiento como uno que va perdiendo lentamente su lugar en el mapa internacional y se mantiene como un recreito, gustoso y disfrutable, pero de menor valor y relevancia de la que debería tener.
Por cierto, habrá que ver qué pasa luego de la edición 24.
