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Peatonal Rivadavia: La otra temporada

Cada verano en Mar del Plata conviven alrededor de 300 espectáculos en poco más de 60 días. Grandes producciones capitalinas, producciones independientes, compañías del interior del país, mediáticos y artistas locales buscan su espacio para poner a consideración del público todo aquello que hacen.

La principal puja se da en ver quien obtiene el mayor número de espectadores y así poder contabilizar al final del verano quien es el que encabeza la taquilla. Los premios y mucho antes las nominaciones también son motivo de competencia. Y es lógico que así sea cuando se ponen tantas horas de esfuerzo y trabajo en juego. Pero es sabido que no todos compiten por igual.

 

El precio de las entradas, las promociones y la variedad tanto de propuestas como de público ponen en relieve que en La Feliz siempre hubo dos temporadas: la del circuito comercial y la del teatro off, under o una mezcla de ambos incluso con algo de aquel espíritu del café concert. 

 

Para la mayoría de los teatros de los llamados comerciales, el horario central de una obra suele darse entre las 21 y las 22hs oscilando el valor de su entrada por encima de los 100 pesos. Marquesinas, afiches en vía pública y carteles móviles se integran a un plan de publicidad y marketing que hace rodar la ruleta. Pero en la otra vereda, las mismas reglas se aplican de manera diferente. Allí la primera función comienza entre medianoche y madrugada, según la propuesta, y el costo de las entradas es mucho menor pudiendo ingresar dos personas al precio de una ya sea por una promoción que realice el propio espectáculo o bien por la diferencia de precio.

 

    La movida más llamativa para marplatenses y turistas se centra en la calle Rivadavia entre Corrientes y Santa Fe minutos después de que se corte el tránsito vehicular para transformarse en una segunda peatonal. Cerca de las nueve de la noche o incluso antes, varios integrantes de los elencos de los casi quince espectáculos que se presentan en esos poco más de 100 metros, reparten volantes a cuatro colores tan llamativos como sus atuendos, con amplias pelucas, varias capas de maquillaje, frondoso vestuario y un claro y convincente discurso generando casi un compromiso ineludible entre el actor y el ya casi seguro: nuevo espectador.

 

    La colonia artística de esta otra temporada es muy variada y la conforman en su mayoría actores, humoristas, transformistas, magos, travestis, bailarines, populares conductores de tv y los llamados mediáticos. Resulta habitual presenciar entre cuatro y seis “ruedas” o fragmentos del espectáculo, que algunos de los actores realizan para convocar al público y hacer concursos con el objetivo de llamar la atención de los que por allí pasean.

 

    “Al momento de proyectar un espectáculo, uno ya sabe que éste tiene que estar pensado para que funcione tanto dentro como afuera de la sala”, afirma el actor y director rosarino Horacio Sansivero que cada noche, como hace seis años, se pone en la piel del querido personaje “Mariquena del Prado”, todo un clásico de la cuadra.

 

    Cámaras digitales y en muchos casos teléfonos celulares que ofician de cámara, son fundamentales para dar registro de un momento único. La foto con el famoso o la foto de color de las vacaciones, no puede faltar. Algunos siguen apelando al pedido de un autógrafo y otros hasta filman saludos para sus familiares o para un cumpleaños de 15. Pero todo tiene un límite. “Detesto la falta de respeto, no es necesaria. No por la procacidad de las palabras, sino por la vulgaridad” reflexiona Sansivero desde su “Mariquena” a la que define “más como una muñeca o una animadora infantil en un contexto de adultos sin llegar a ser un travesti o una mujer”. Pero el actor también comenta que “lo más difícil para todos es sobrevivir al cambio de quincena y a las inclemencias del clima”.

 

    En su mayoría, los artistas ansían con conocer las nominaciones de los premios Estrella de Mar que se entregaran los primeros días de febrero. Desde hace varias semanas, el jurado oficial recorre las salas evaluando las obras en cartel. Consultado por las expectativas que despierta este galardón en un actor, Sansivero dijo que se siente feliz con saber que “trabajamos a sala llena de lunes a lunes desde hace seis años y en el Teatro Del Angel. Y eso nos demuestra que ya contamos con el mayor de los reconocimientos  que un actor puede tener como es el afecto incondicional del público por el cual hacemos un gran esfuerzo para estar presentes todo el verano”.

 

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