La dirección de Inspección General, a cargo de Eduardo Bruzzeta, informó que durante el año se efectuaron más de 300 inspecciones a geriátricos, se labraron 65 actas de constatación y se clausuraron 21 geriátricos.
Los controles se realizan en el marco de la política de la secretaría de Gobierno, para que cada actividad respete la normativa que la rige, que estos establecimientos cuenten con las condiciones necesarias para albergar a nuestros abuelos, y para preservar la salud y la vida de quienes se alojan en estos sitios y sus trabajadores.
Los números indican que se han realizado operativos de control hasta dos y tres veces en cada una de esas instituciones mediante los cuales se verifica su habilitación, funcionamiento, y seguridad.
A su vez, se realizaron controles específicos para verificar la calefacción y ropa de cama previo al invierno; el control con personal de bromatología para prevenir problemas sanitarios y concientizar a dueños y personal de las medidas de higiene a adoptar y los efectuados para controlar que se mantengan o mejoren las medidas de seguridad. En todos éstos intervino personal del departamento de Habilitaciones, en conjunto con los Departamentos de Seguridad, Tercera Edad y Bromatología.
Los establecimientos que se clausuraron lo fueron principalmente por encontrarse trabajando en forma clandestina, notificando de esto al área de tercera edad de la secretaría de Desarrollo Social para que se tome contacto con los familiares y reubicar a los adultos mayores allí alojados, verificándose que efectuaron trámite de habilitación varios de ellos.
En otros casos la clausura se debió a problemas en el trámite de habilitación y por problemas de seguridad que no se solucionaron en tiempo y forma.
