Cumplieron un recorrido de más de 7500 kms. totalmente planificado y desarrollado logísticamente por sus alumnos que comenzó a 5.000 metros en la Puna y concluyó a 1.200 metros sobre el nivel del mar en la selva.
Los profesores Fabián Gonzalez y Leonardo Cermelo de la materia Práctica III de Turismo, coincidieron en que “este viaje no sólo ha sido un recorrido intenso y cargado de destinos inigualables, ha sido un taller de experimentación, donde cada día los estudiantes debieron sortear dificultades organizativas y logísticas, generar contactos y alianzas con los operadores turísticos locales y lograr el éxito del itinerario propuesto.”
“La planificación del recorrido fue elegida conscientes de que el interés del viaje iría incrementándose con cada destino nuevo, y si bien hubo problemas lógicos de un país en el que desconocíamos su idiosincrasia y la mayoría de sus ambientes, la vivencia de los mismos enriqueció nuestra mirada acerca de la forma de interactuar con su gente y adaptarnos al contexto cultural y natural” esa fue la conclusión de los estudiantes Guadalupe Lamarque, Florencia Rodríguez Tarzia, Melisa Iturrioz, Natasha Bucharski, Daiana Duré León, Agustina Pugh y Alejandro Topallian, futuros profesionales del turismo.
Durante cuatro días y totalmente desconectados de cualquier sistema de comunicación telefónica o de datos, se recorrieron en vehículos todo terreno más de 1000 kms. uniendo el gigantesco salar de Uyuni (el más grande del mundo de 12.0000 Km2) con la Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa, donde se disfrutaron las lagunas Colorada y Verde, los volcanes Ollaghue y Licancabur y el espectáculo de los geiseres y fumarolas a más de 5000 msnm, que dan testimonio vivo de la actividad volcánica del lugar y que contrastan con los penitentes de hielos que los rodean.
Se recorrieron áreas de importancia para el acervo cultural e histórico de nuestra América, visitando Tiwanaku capital de la civilización homónima, una de las más longevas de nuestro continente y el lago Titicaca, cuna del imperio Inca.
Para finalizar la travesía, el plato más fuerte, bajar en bicicleta 3500 msnm desde los nevados de la Cordillera Real a 4700 msnm hasta los 1200 msnm de la selva, por el camino de Los Yungas mejor conocido como el Camino de la Muerte, una vía de apenas 3 metros de ancho y más de 60 kilómetros de recorrido.
“El paisaje árido y solitario del altiplano boliviano y su contraste con la selva lluviosa, encierra historia, belleza y misterio, generando que nuestra visita se transforme en una experiencia inolvidable” aseguran los estudiantes de la Licenciatura en Turismo.