La Cámara que agrupa a las empresas propietarias de estaciones de servicios, ha elevado una oferta que establece un piso de aumento a partir del cual, puede abrirse una nueva discusión según los casos puntuales.
Uniformar un aumento en el porcentaje que solicita SMATA, sería condenar al cierre a algunas estaciones de servicio, o también a no poder pagar lo acordado, en un sector que tiene una problemática propia, debido a que tiene afectada la rentabilidad, y que para colmo en más de una jornada no están abastecidas de combustible para el despacho, y no se cumplen los cupos por parte de las petroleras.
En el resto del país, en el Automóvil Club local, también en algunas estaciones de servicio privadas, se han logrado acuerdos que tienen relación con la demanda de recomposición, pero no ocurre en todos los casos, ya que existen distintos parámetros de comercialización, según la bandera, el precio, la zona etc.
El SMATA en esta rama, ha llegado a un límite que merece una reflexión en cuanto a sus reales intenciones, no descartándose la influencia de internas sindicales y política partidaria, de las cuales participan sus dirigentes, en este caso encabezando un reclamo, que no tiene antecedentes en ningún otro lugar del país.