Cuarteto, reggae, ska. En los primeros tres temas de Todoterreno, Kapanga ya deja en claro de qué la va la cosa: así son ellos, simples y sin muchas vueltas. Este es el último disco de la banda que hace 11 años asaltaba los rankings musicales con un cd simbólico para ese momento del rock nacional: A 15 cm. de la realidad. Allí explotaban a puro rock cuartetero como una escalada más a lo que una década antes habían empezado a ensayar los Decadentes.
La banda integrada por Claudio Maffia, Javier “Memo” Manera, Mariano Arjones, Martín “Mono” Fabio y Miguel Luna Campos se presentará este jueves a las 21 en GAP -Constitución 5780- para seguir demostrando que son los grandes herederos del rock popular y divertido, ese que se fusiona en estribillos pegadizos y canciones despreocupadas.
Dijimos Decadentes. Y amén de que la banda de Serrano y compañía mantiene su lugar, hoy ya se encuentran para cosas más grandes. Están en otro lugar. Kapanga, entonces, es quien actualmente sostiene ese espacio del rock más ligero, sin por eso dejar de crecer. Evidentemente entre aquel primer disco y Todoterreno, a simple oída, hay una mejora musical y una preocupación por un sonido mucho más elaborado.
Puede que estos cambios no sean favorables al fanático ortodoxo que reclama que Kapanga siga haciendo El mono relojero hasta el hartazgo. Lo bueno es que no parece preocuparles. Aunque esto viene desde antes, ya con su tercer disco, Operación rebenque, donde contaron con la colaboración de, entre otros, Dargelos de Babasónicos en El bailarín asesino.
Sin grandilocuencias, con sencillez y gracia, Kapanga demuestra que la otra música, esa popular y bailable, también tiene una trayectoria y un camino recorrido. Allí están sus homenajes solapados, con la cumbre de la revisita constante a la obra de La Mona Jiménez. Que no todo es sutileza y poesía hermética, también hay un público que se resume en un salto, un agite y una búsqueda por el lado del divertimento. Hacerlo respetuosamente y con calidad es, además, un hallazgo.
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