Levantar el cepo es un objetivo que está previsto, pero los plazos se estiran y van dejando atrás una difícil recomposición, que arrojan pérdidas a las empresas que deben postergar crecimiento y avances tecnológicos que permiten mayor producción.
La cuestión de fondo fue el tema que ocupó al discurso de la botadura del pesquero “Lito“, a cargo de Domingo Contessi, presidente del Astillero quien precisó referencias sobre el particular momento que atraviesa el sector: “ La mayoría de los empresarios entendemos que es indispensable eliminar la inflación y ordenar la macro y por ende apoyamos todos los esfuerzos que se hacen para mantener el superávit fiscal. Pero los que estamos vinculados a sectores exportadores no podemos dejar de mencionar que la inflación en dólares que venimos padeciendo por un “crawling” que no acompaña a la inflación interna, erosiona mes a mes nuestras capacidades, nos complica enormemente la cotización de este tipo de obras de largo plazo y nos termina dejando en un punto muy cercano al de Noviembre de 2023 en términos de competitividad. En definitiva, no queremos otra devaluación, pero si necesitamos imperiosamente que el tipo de cambio oficial deje de estar controlado y sea completamente libre”.
Para agregar: “El vaso medio lleno es que sabemos que este gobierno comparte el objetivo de levantar el cepo. El vaso medio vacío es que entendemos que hoy no están las reservas necesarias para hacerlo sin sobresaltos y en un escenario donde el tipo de cambio actual invita más a importar que a exportar, es probable que esa acumulación de reservas lleve más tiempo que el deseado”.
En una soleada y primaveral tarde del lunes, el Astillero Naval Federico Contessi y Cía. S.A. celebró la botadura número 149 de su historia, marcando un hito de renovación y esperanza en la industria naval argentina. En esta ocasión, el protagonista fue el buque pesquero «LITO», construido para la firma armadora Insólito S.A. Este buque de 24,10 metros de eslora originalmente formaba parte de un contrato múltiple firmado en 2021, pero, debido a las cambiantes circunstancias del sector pesquero, cambió de manos antes de su botadura.
La ceremonia no solo celebró la culminación de un proceso de construcción naval, sino que destacó la importancia de la inversión en tiempos de desafíos económicos. El Astillero, que cuenta actualmente con siete buques en construcción simultánea, ha sido testigo de los impactos de la crisis pesquera, reflejados en la vacante prolongada de una grada de construcción, un hecho que no ocurría desde hacía mucho tiempo. Esta situación pone de relieve la necesidad de revitalizar el sector y garantizar su sostenibilidad a largo plazo.
Domingo Contessi, presidente del Astillero, expresó en su discurso de agradecimiento el reconocimiento al grupo Arbumasa y a la familia Di Bona, emblemas de más de 50 años de tradición pesquera en Argentina. En un gesto de profundo respeto y gratitud, también dedicó un emotivo aplauso a los trabajadores y profesionales del astillero, quienes, pese a las dificultades del contexto actual, continúan apoyando y promoviendo la industria nacional con compromiso y dedicación.
En su alocución, Contessi también abordó cuestiones macroeconómicas, señalando la necesidad de controlar la inflación y ordenar las finanzas públicas para mantener el superávit fiscal. Sin embargo, destacó la preocupación del sector exportador por la «inflación en dólares», causada por un tipo de cambio que no refleja la inflación interna, lo que afecta gravemente la cotización de proyectos de largo plazo como la construcción de buques. Subrayó la importancia de un tipo de cambio oficial libre para mejorar la competitividad sin recurrir a devaluaciones que afecten aún más a la economía.