Por: Roberto Garrone
“Somos una asociación sin fines de lucro destinada a la promoción integral del sector pesquero”, se presenta ADPA en su página web. La Asociación para el Desarrollo de la Pesca Argentina se integra por las empresas “Iberconsa”, “Moscuzza”, “Solimeno”, “Argenova”, “Arbumasa”, “San Isidro” y “Newsan”.
Varían algunos detalles según con quien uno hable en una semana que varios teléfonos estuvieron apagados. Están los que sostienen que el pedido a nombre de Santiago Caputo y Lule Menem fueron 5 dólares por cada tonelada por año, lo que da 75 dólares por tonelada, y los que refieren que a último momento llegó un enviado de la hermana Karina a reclamar su parte y ese número se elevó a 100. Caros los ingredientes para las tortas.
Quien convenció que era la mejor manera de garantizar el reparto de hubbsi tal como ocurrió los últimos años fue Lisandro Belarmini, uno de los lobbystas de José Moscuzza y agraciado con López Cazorla, el subsecretario de Pesca. Sus manejos en las sombras contrastan con su perfil de docente universitario.
La negociación viene desde hace casi dos meses. El nexo entre “Los 7 magníficos”, como con sorna trata el resto a este selecto grupo de empresas, y las huestes de La Libertad Avanza que no responde al modelo entreguista de Federico Sturzenegger, fue Agustín Ocampo.
Ocampo es el Gerente General de Glaciar Pesquera, una de las dos empresas de capitales extranjeros que operan sobre la vieira. Cuentan que es amigo de la infancia de Santiago Caputo y el titiritero de todo lo que ocurre en Paseo Colón y alrededores.
Esta amistad provocó que Ocampo oficie de dedo selector para llenar varios casilleros en la industria pesquera. El del propio López Cazorla para empezar. También el del INIDEP. El trader de pescados y mariscos, Gonzalo Bacigalupo, que oficia de Director, llegó con el aval de Ocampo.
Bellarmini, que se vende ante el Subsecretario como el dueño de las riendas de la pesca marplatense, puso la ficha de Alejandro Bonicatto, el ex cabo de la policía bonarense, hoy convertido en Director Nacional de Coordinación y Fiscalización Pesquera. Se conocen de hace mucho: asumieron juntos como asesores de Oscar Fortunato en la Provincia de Buenos Aires en el 2004.
Hace unos días la mayoría de las cámaras empresarias de Mar del Plata emitieron un comunicado exponiendo la crítica situación del sector a partir del atraso cambiario, la caída de los precios internacionales y la falta de demanda. Ahí no apareció la firma de CEPA ni de CaIPA. “No nos pareció el momento oportuno”, confiaron desde CEPA.
Ahora se supo que Belarmini dio la orden de no aparecer para no generar ruido de cara al taller donde se definía la reasignación de merluza. Unas semanas antes Belarmini pidió a todas las cámaras armadoras elevar notas al CFP pidiendo que el proceso de recuotificación no tuviese variantes. Según consta en las actas del CFP, le hicieron caso.
Como queda claro, el binomio Ocampo-Belarmini juegan con los hilos de las decisiones políticas en materia pesquera. Y ante el riesgo de quedar desamparados si avanzaba la desregulación de Sturzenegger, fueron por el camino con peaje, caro pero seguro.
Acá podemos abrir otro paréntesis. Porque otros actores pesqueros a esta altura de la historia sospechan otra cosa. Que usaron a “Sturze” para meter miedo y hacerse de un dinero fácil. Que no hay tales pedidos de coimas de nadie del gobierno sino que fue una movida de los propios Gerentes de las pesqueras y el aval de López Cazorla para avanzar con la maniobra. Sí, una mexicaneada.
No dice lo mismo Marcelo González, ex gerente de Estremar y vinculado al grupo. Cuenta que cuando vio el tenor de la primera reunión con los “enviados” de Caputo, salió espantado. Otros se espantaron luego, cuando comenzaron a apremiarlos con mensajes y llamadas.
Las tres empresas que se mostraron dispuestas a pagar el peaje por la cuota de merluza fueron Moscuzza, Solimeno e Iberconsa. Entre las tres como vinos el domingo pasado tienen el 35% del total de captura asignada. Pasado a coima, tenían que poner 4,48 millones de dólares Iberconsa, 3,26 millones Solimeno y 2,91 millones “Poroto”.
Acá afloran más preguntas. ¿El resto que faltan para llegar a 15 millones se completaba con los mil dólares de las 2800 toneladas de merluza negra?. ¿Llegaba a 15 porque los tres aportantes recibían más cuota de hubbsi?.
Acá asoman nuevos refutadores. Sostienen que el pedido de los representantes que hablaban en nombre del gobierno fueron muy desprolijos. Y que el pedido se lo hicieron a todos. Entre los fresqueros de Mar del Plata lo niegan, aunque otros dicen que un armador recibió 4 pedidos de dinero desde 4 distintos números de teléfonos.
Para la redacción de esta columna tomé contacto también con Juan Pablo Basavilbaso, CEO de Iberconsa, y Antonio Solimeno. Ambos negaron todos los hechos: las reuniones, el pedido de sobornos y hasta la intervención de la Embajada de Estados Unidos.
Cuatro fuentes diferentes me confirmaron el proceso de negociación que salió a la luz a través de La Política On Line. El momento no fue casualidad. Horas previas al comienzo del taller donde se definía el reparto y el objetivo buscado se logró: aplazar la decisión final dos semanas.
Conocer quién filtró el caso ha sido una tarea inconclusa para este cronista. Por un momento pensé en algún colaborador del propio Sturzenegger para quedarse con el negocio de la recuotificación. Con el correr de los días hubo fuentes del propio sector pesquero que fueron diluyendo la participación del Secretario de Desregulación.
“El gran perdedor en esta historia fue el Negro Bustamante”, coincidieron un par de consultados el viernes por la mañana. Abogado muy reconocido en el sector, hizo presentaciones para que Solimeno y Estrella Patagónica salgan mejor parados en la foto del reparto.
En la empresa marplatense le hicieron modificaciones a su escrito antes de presentarlo al CFP. También se reunió con funcionarios de Santa Cruz para asesorarlos en su pedido de más cuota social. Eso se está analizando.
Ante la consulta de este cronista, el ex Subsecretario de Pesca negó de manera rotunda estar involucrado en cualquier gestión ajena a su rol como letrado para que se cumpla con la ley de pesca, y de haber filtrado el caso a LPO.
Nadie sabe finalmente cómo será el reparto aunque parece estar ya definido bajo los parámentros con los que reasignaron las CITC de Polaca, Merluza de Cola y Merluza Negra en las últimas horas, donde sí hubo coincidencias de que apareció el dinero para pintar un cuadro muy parecido al actual.
Si ya está definido la manera en que se repartirá, que es la que todo el sector pesquero quería, y no se pagaron las coimas, qué respuesta habrá de los operadores que asustaron a González.
Con ADPA en off side con la maniobra, los lamentos en todos los eslabones de la industria no se hizo esperar. “Otra vez estamos en el ojo de la tormenta”, lamentó un empresario. “No sé para que se prestan a estas maniobras si siempre terminal mal”, cuestionó otro. “Dónde velan a ADPA”, preguntó otro con mucha malicia.
La Asociación reúne a empresas que a su vez forman parte de otras cámaras patronales. Algunos de esos dirigentes no avalaron la modalidad impulsada por Belarmini y cia. Fernando Rivera y Eduardo Boiero, por ejemplo, se corrieron ni bien advirtieron el propósito de las negociaciones.
Esta semana no se trató la renovación de hubbsi por el escándalo de las coimas. La excusa oficial fue que todavía queda pendiente los reclamos de Santa Cruz y Rio Negro. Ahora todo quedará definido y publicado oficialmente el jueves 19 de septiembre.
La única que mostró su disgusto en voz alta por la renovación fue Cristina Ledesma cuando el viernes 30 de agosto fueron convocadas por la Provincia al auditorio del Banco en CABA para oficializar lo que ya estaba definido, coima mediante, con el resto de los gremios marítimos y portuarios.
La Secretaria General del SOIP cuestionó a grito pelado el modelo vigente. Solo tuvo el respaldo del Jorge Frías, de Capitanes; los demás hicieron un solemne silencio. Ledesma se fue con una certeza. “Nos cagaron como de arriba de un poste”, transmitió a los suyos al regreso por la Autovía.
ADPA se vanagloria, siempre a partir de su propia web, de representar el 70% de las exportaciones pesqueras argentinas y generar 10 mil puestos de trabajo directo. Hoy deberían sumar otra cucarda: generar incertidumbre y manchar a toda la industria pesquera a cambio de pagar coima por mantener una cuota que les correspondía por ley.
Las conductas del gobierno en esta historia debería evaluarlas un fiscal que intervenga de oficio. Las negociaciones espurias de varios de los integrantes de la Asociación seguramente serán analizadas por el Dr. Mauro Zamboni. Referente de Argenova, preside el Tribunal de ética y disciplina de ADPA. Más que nunca, banquemos.
Fuente
Punto Noticias