La vuelta de Marcelo Gallardo a River está confirmada, pero lo cierto es que la presentación y oficialización recién será este lunes, con el deseo de que haga su re-debut en el banco de suplentes contra Huracán, el fin de semana del 11 de agosto. En el mientras tanto, ya sin Martín Demichelis, despedido, el Millonario deberá verse las caras con Unión esta tarde y quien tendrá la responsabilidad de liderarlo será un hombre de la casa: Marcelo Escudero.
El Pichi, quien volvió al club en 2020 justamente por pedido de Napoleón (en ese entonces dirigió a la Quinta División y después a la Cuarta), dejó por unos días la conducción de la Reserva para dar un paso más hacia adelante y tomar el mando momentáneamente del equipo superior, una experiencia que ya tuvo en 2014 pero como ayudante de Ramón Díaz (se consagraron campeones).
Es un hombre conocido en Núñez, de la confianza de Gallardo, y por eso luce se decidió que tome las riendas en esta etapa de transición que atraviesa River tras la emotiva despedida de Demichelis en el Monumental. Escudero no solo conoce las entrañas del Monumental por estos más de dos años que lleva en Núñez trabajando en las formativas, sino también por los seis calendarios que transitó vistiendo la casaca riverplatense como jugador.
El técnico de 51 años sabe lo que es el mundo River y qué se siente defender la banda roja, ya que estuvo entre 1996 y 2002. En todo ese tiempo, el exmediocampista levantó ocho títulos, seis locales y dos internacionales, entre ellos la Copa Libertadores 1996, en la que fue clave en la final contra América de Cali asistiendo a Hernán Crespo para decretar el 2-0 final (tras la derrota 1-0 en Colombia).
En resumidas cuenta, ya es el tercer ciclo de Escudero en Núñez: seis temporadas como futbolista (jugó 167 partido y convirtió 17 goles), dos como ladero del Loco en el cuerpo técnico (2012-14) y otras dos en las divisiones juveniles (2022-actualidad). Ahora, le llegó el momento de allanarle el camino a su excompañero, Gallardo, para que después del domingo ante Unión tome el mando y comience su segunda era.
¿Y fuera de River? En Fénix, durante 2016, escribió su único paso como técnico principal de un plantel de Primera y estuvo lejos de ser el ideal: apenas dirigió ocho partidos en la B Metropolitana, con un saldo de un triunfo, dos empates y cinco derrotas.