El ex titular de Enarsa, Agustín Gerez, le respondió al senador nacional Maximiliano Abad, quien escribió una editorial en la que le pidió al gobernador Axel Kicillof que adhiera al RIGI para que YPF y Petronas concreten la inversión de 50 mil millones de dólares para desarrollar una planta de GNL en Bahía Blanca.
Gerez, que es miembro de los equipos técnicos de la Fundación Encuentro, dijo que las declaraciones de Abad tienen “incongruencias”. “Lo que usted publicó contradice el objetivo de la ley que aprobó y las consecuencias que tienen sobre la realidad no solo de la Provincia de Buenos Aires sino sobre el funcionamiento integro de la economía de nuestro País”, manifestó el ex líder de Enarsa.
La respuesta de Gerez a Maximiliano Abad
Senador Maximiliano Abad, ante todo quiero decirle que se me presenta una enorme incógnita: ¿usted leyó la ley de bases o al menos el capítulo del Régimen a las Grandes Inversiones (RIGI)?.
Discúlpeme pero las manifestaciones en su reciente publicación “Planta de GNL: Kicillof debe asegurar la inversión con un gran acuerdo para defender la provincia de Buenos Aires” me hacen dudar de ello. Lo que usted publicó contradice el objetivo de la ley que aprobó y las consecuencias que tienen sobre la realidad no solo de la Provincia de Buenos Aires sino sobre el funcionamiento integro de la economía de nuestro País.
En primer lugar Senador Abad, le recuerdo que El megaproyecto de YPF y la malaya Petronas ya tenía un proyecto de ley con media sanción de la cámara de diputados de la nación y que estaba pendiente de aprobación en el senado. Le cuento que ese proyecto (que usted mismo se encargó de no tratar) generaba enormes beneficios para la realización del proyecto y para el desarrollo de proveedores locales pero más aún para la dinámica propia de la economía argentina permitiendo el ingreso de dólares tanto por derechos de exportación como por liquidación de esas exportaciones. Mi pregunta a usted es, si había un proyecto de ley que había sido redactado en conformidad con las autoridades malayas y el resto del sector energético, ¿Por qué se otorgaron más beneficios de los que allí había? ¿Cuál fue el motivo de dar más beneficios de lo que se necesitaban para la realización de la inversión?.
En segundo lugar Senador Abad, quiero comentarle que el Art. 193 de la ley que usted aprobó, permite que las empresas adheridas al RIGI puedan importar libremente bienes para la construcción, operación y desarrollo de los proyectos, sin que puedan aplicárseles prohibiciones ni restricciones de ningún tipo. Senador, realmente usted cree que con esta redacción que aprobó habrá desarrollo? Senador, ¿leyó la ley?.
En tercer lugar, quiero recordarle que el país en el que usted vive ya se encuentra con superávit energético desde el año 2023 producto de la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner que ya nos permitió ahorros por más de USD 4.000 millones de dólares y que si la gestión del actual gobierno que usted apoya hubiera continuado con la segunda etapa de dicho gasoducto como estaba previsto, estaríamos en vías de autoabastecimiento de nuestra demanda interna sin necesidad de importación de GNL, pero los dogmatismos son dogmatismos. En relación a esto, cuando habla de exportar 460 buques y de un ingreso superior a USD 20.000 millones, le pregunto… Usted leyó la ley que aprobó? De que USD 20.000 millones habla si la ley aprobada por usted no prevé ni la liquidación de exportaciones en territorio nacional ni la aplicación de derechos de exportación salvo por un periodo casi inexistente de tiempo en relación a la duración de los proyectos.
En cuarto lugar, cuando habla de inestabilidad y decadencia es justamente lo que le da a nuestro país la normativa que no cumple con un requisito esencial para toda regulación que es la sostenibilidad en el tiempo. ¿Realmente considera que el RIGI será sostenible a largo plazo? Que un país que requiere dólares para el pago de sus compromisos externos y para el desarrollo de sus sectores industriales puede permitirse que los sectores claves para la generación de divisas de la economía se encuentren completamente primarizados y sin siquiera la obligación de liquidar dólares en el país o pagar derechos de exportación.
En quinto lugar, ¿cree usted que explotar forestoindustria, turismo, infraestructura, minería, tecnología, siderurgia, energía, petróleo y gas tienen algo en común? Se da cuenta usted que aprobó un régimen idéntico para turismo que para petróleo o minería? Es preocupante que las implicancias a largo plazo de esta legislación en términos de seguridad jurídica y desarrollo económico no hayan sido completamente evaluadas.
Usted habla de visión y pragmatismo, eso debió haber tenido al momento de votar la ley. El mismo dogmatismo que comparte (desde otra visión) con el Gobernador que usted critica, le hicieron aprobar un régimen totalmente adverso al desarrollo argentino, a la generación de empleo, al fortalecimiento de nuestras pymes, y por sobre todas las cosas a la posibilidad de construir una dinámica económica en favor de los intereses nacionales.
En algo estoy de acuerdo con usted Senador y es que en este país se apuesta a la grieta. La grieta de los que queremos un país con fuertes bases en el desarrollo productivo e industrial y aquellos que creen que desarrollar turismo o petróleo es lo mismo. La grieta de los que queremos inversiones y desarrollo de proveedores locales y los que abren irrestrictamente las importaciones. La grieta de los que entendemos que explotar los recursos tiene que tener una contrapartida en el crecimiento de la economía nacional vs aquellos que pretenden primarizarla.
El maquillaje que usa no le permite tapar que esos USD 20.000 millones de los que habla serían en beneficio de la economía nacional si usted no hubiera votado el RIGI, que ancla definitivamente el potencial productivo y el talento humano para traccionar el desarrollo del país.
Señor Senador, le pido madurez y que se haga cargo de la ley que votó. No pretenda confundir a la ciudadanía con que el problema es la ubicación de la planta cuando sabemos bien que con esta normativa, esos USD 20.000 millones nunca llegarán.
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