El presidente Javier Milei le asignó por decreto un presupuesto millonario a la nueva SIDE. Sin embargo, ocultó para qué se usará y de dónde saldrá el dinero.
A través de un decreto de necesidad y urgencia (DNU), el presidente Javier Milei le asignó cien mil millones de pesos para “gastos reservados” a la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE), institución que contiene toda la nueva estructura de inteligencia que impulsó el gobierno libertario tras desmantelar la AFI.
El decreto 656/2024, que lleva la firma del propio Milei, contrasta con sus propias declaraciones a través de Twitter en 2018, cuando comparaba la asignación de recursos del Estado en un servicio de inteligencia con “poner a un pedófilo a cargo de un jardín de infantes”
“Es muy loco que un Estado que usa el servicio de inteligencia y la agencia recaudadora de impuestos para perseguir a los ciudadanos, haya algunos que clamen por un mayor Estado presente. Es como pedir poner a un pedófilo a cargo de un jardín de infantes ¡VIVA LA LIBERTAD CARAJO!”, publicó Milei en aquella oportunidad.
Hoy, a contramano de sus propias creencias, asigna un presupuesto millonario a Inteligencia sin transparentar en qué se utilizarán los mismos. Ésto generó un fuerte rechazo por parte del peronismo, quien se volcó a rechazar la decisión del mandatario nacional.
Cómo se financiará la nueva Secretaría de inteligencia y para qué servirá
Pese a que en los últimos días el Gobierno Nacional reafirmó su posición de no emisión económica y déficit fiscal cero, tampoco se aclaró de dónde saldrán los fondos para tal erogación al organismo que conducirá Sergio Neiffert. Simplemnte asignó los recursos adicionales al presupuesto general de la administración nacional. Es decir, a su oficina.
Según el vocero Manue Adorni, “la nueva SIDE va a modernizar el servicio de inteligencia a transparentar su accionar y promover la excelencia en el desarrollo de sus tareas”, y cuestionó el rol de la AFI al asegurar que “se destinaban recursos al espionaje político, la persecución ideológica y el tráfico de influencias”.