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El presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, está matando al fútbol sudamericano. El dirigente paraguayo suma episodio tras episodio de papelones que no paran de ensuciarlo y hoy se dio una nueva escena: el desastre para el ingreso al estadio en la final de la Copa América.
El partido decisivo entre la Selección argentina y Colombia fue totalmente desvirtuado por las horrorosas imágenes que se vieron en la entrada del Hard Rock Stadium, con miles de personas amontonadas esperando para poder ingresar. Gente lastimada, arrestados, nenes golpeados y llorando y mucho más.
Este no fue el único episodio oscuro que se vivió durante la Copa América. Para empezar, trasladó un torneo de Conmebol a un país que pertenece a otra entidad, la Concacaf. Pero no solo esto, sino que el estado de los campos de juego fue un papelón y las canchas medían menos de lo normal.
A esto hay que sumar las amenazas a los directores técnicos que se quejaron del desastroso estado de los campos de juego. El propio entrenador de Uruguay, Marcelo Bielsa, se encargó de exponer a la Conmebol en este aspecto: “Scaloni se atrevió a decir lo de las uniones (de los campos de juego) y le dijeron ‘ya hablaste una vez, no hables más’. Él mismo tuvo que decir que no diría más nada. Los jugadores no pueden hablar”.
Este modus operandi extorsivo le permite a Alejandro Domínguez seguir haciendo papelones a diestra y siniestra.
Porque la Copa América no fue en lo único que afectó al fútbol sudamericano. Prohibió las banderas en los estadios durante las competencias internacionales, llevó una final de Libertadores (si, es torneo más importante de AMÉRICA) a EUROPA e hizo que las finales del torneo más importante del continente y la Sudamericana sean a partido único.
¿El resultado? Los estadios vacíos o sin llenar en los partidos más importantes a nivel continental.
Si, los resultados económicos son claramente positivos y los premios económicos aumentan. Pero, ¿vale la pena matar al fútbol sudamericano por plata?
Ojalá el señor Alejandro Domínguez recapacite, deje de imitar a Europa y entienda que el fútbol sudamericano es hermoso a su manera y sin imitaciones.