La recesión que hundió al mercado interno y achicó el consumo golpea a todo tipo de compañías con asiento en la provincia de Buenos Aires, muchas de las cuales en las últimas horas aplicaron suspensiones de personal, despidos y hasta el cierre de sus plantas.
Como viene informando agencia DIB, desde hace meses la crisis económica castiga fuertemente al sector empresarial y eso repercute en el mercado laboral, con números en rojo. De hecho, a datos oficiales a marzo de este año, a los que accedió DIB, ya había 32.700 trabajadoras menos en el sector privado registrado en la provincia de Buenos Aires en comparación con diciembre.
A nivel nacional, en el tercer mes del año los despidos sin causa representaron 14,2% de las bajas, mostrando un aumento de 7,3 puntos en comparación a marzo de 2023. Y el 5,4% de las empresas aplicaron suspensiones en el tercer mes de este 2024. Sin embargo, los datos entre ese mes y fines de junio no hicieron más que confirmar la recesión y las complicaciones del sector empresarial.
Uno de los ejemplos es la empresa de sanitarios Ferrum, ubicada en el partido bonaerense de Pilar, que paralizará la producción durante un mes en su fábrica. Tomó la decisión ante la drástica caída de la demanda. En este contexto, tiempo atrás, la empresa ejecutó despidos y no renovó contratos de trabajo y también alegó la necesidad de un ajuste ante la drástica caída de ventas que se está evidenciando en este año.
Más allá de que la firma comunicó que parará sus actividades hasta el 31 de julio próximo, se especula con la posibilidad de que esta decisión se extienda en el tiempo, ya que por el momento no hay perspectivas de que las ventas repunten en el mediano plazo.
La seguidilla de despidos y suspensiones comenzó con la multinacional Whirlpool, que a principios de mayo aplicó un drástico freno a la producción en la fábrica de lavarropas que había inaugurado hace poco más de un año en Pilar. En este caso, la compañía decidió cerrar uno de sus turnos de producción y despedir a 60 de los 400 trabajadores locales, un 15% de su plantilla total.
Pocos días más tarde, FV -el mayor fabricante de grifería del país- anunció la suspensión por tres meses de 800 trabajadores de su planta de Villa Rosa, en la que emplea a 1.400 personas. Y a fines de mayo, la fábrica de adhesivos Akapol tomó la decisión de suspender a todos sus empleados por 60 días. La medida afecta a 150 trabajadores.
“Los malos datos económicos que vemos día a día no son sólo cifras. El Gobierno nacional ajusta, la demanda se desploma, las empresas paran su producción, se pierden empleos, las familias bonaerenses sufren. Los efectos concretos de la economía de la crueldad como dice Axel Kicillof”, escribió en la red social X el ministro de Economía bonaerense, Pablo López.
Golpe al consumo
Mientras el consumo sigue mostrando cifras negativas en el primer semestre del año, varias empresas avanzaron con la paralización de la producción o la cesantía de trabajadores para hacer frente a la crisis. Tal es el caso del mayorista de artículos de limpieza y perfumería, Medamax, que cerró la sucursal de la localidad bonaerense de Laferrere, partido de La Matanza, y unas 70 personas, algunas con 20 años de trabajo, “quedaron en la calle”. Desde el Sindicato de Empleados y Obreros de Comercio y Afines (SEOCA) Zona Oeste, indicaron que la compañía pretende pagar el 50% de la indemnización amparándose en el artículo 247 de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT).
Un ejemplo emblemático de la situación que atraviesa el país es el de la metalúrgica Acindar, que acordó con el sindicato un esquema de suspensiones en el que los empleados trabajarán solo dos de los últimos seis meses del año. La sede central de Acindar Villa Constitución, en Santa Fe, que en principio había paralizado su actividad por tres semanas, ahora informó a los empleados que trabajarán sólo dos de los últimos seis meses del año.
También el sector textil sufre el impacto del bajo consumo y cierta flexibilización de las importaciones. Recientemente, el partido de Las Flores hubo unos 50 despidos en una planta de la textil Will Der SA y también en la fábrica de zapatillas Coopershoes. Esta última cesanteó a unos 40 de sus 150 trabajadores y buscará avanzar con esa política en las próximas semanas.
La empresa brasileña elabora calzado para marcas como Converse, Grimoldi S.A y DC. Es que, según aducen desde la empresa, pasaron de fabricar 110 mil pares de zapatillas por mes a apenas 35 mil por la brutal caída en las ventas registrada durante los últimos meses. (DIB)