Inesperada, dolorosa e impactante. La eliminación de River generó un poco de eso -y más- en el seno de la delegación que viajó a Mendoza con la ilusión de meterse en octavos de final de la Copa Argentina. Otra vez afuera prematuramente, en 16avos. de final, pero muy distinta a aquella con Talleres de 2023 porque era un rival de menor categoría y, además, el equipo había comenzado la Liga Profesional con contundencia (dos victorias por 3-0). Fue una sorpresa que movió los cimientos del ciclo de Martín Demichelis, generó interrogantes de cara al mercado de pases y también una fuerte autocrítica puertas adentro.
Inmediatamente después de la caída en los penales, los referentes decidieron que solo Milton Casco hablara con la prensa, y justamente el lateral por izquierda fue el encargado de transmitir no solo la desazón sino también las disculpas hacia la gente. Pero no todo quedó ahí: en las entrañas del vestuario cada uno se hizo cargo de los suyo y asumió la responsabilidad por el fracaso en el certamen, fundamentalmente los jugadores, que se sintieron los principales culpables.
Las hora de River pos eliminación pasaron un poco por ese lado, el de la reflexión y autocrítica, con el objetivo de corregir errores y rápidamente cambiar de página. De hecho, los propios jugadores se plantearon el objetivo -y necesidad- de “dar la cara” el próximo sábado en la visita a Argentinos Juniors.
En concreto, en el seno del vestuario entienden que en la Paternal tienen que dar una muestra de carácter y demostrarle a los hinchas en la cancha que el equipo tiene resiliencia y actitud para usar este baldazo de agua fría como trampolín para lo que se viene.
Ponzio y Francescoli, presentes en la práctica de River
Un dato no menor en este sentido tiene que ver con que en el regreso a los entrenamientos, que se dio esta mañana tras el miércoles de descanso, Enzo Francescoli (mánager) y Leonardo Ponzio (secretario técnico) dijeron presentes en el River Camp. Si bien suelen merodear las instalaciones, su presencia en la mañana del jueves fue una suerte de gesto de acompañamiento del proceso de Demichelis y los jugadores pensando en el futuro inmediato.