Luego de la práctica de Boca este jueves en el predio de Ezeiza, el entrenador, Diego Martínez, y Darío Benedetto charlaron durante media hora en el campo de juego a solas después de lo que fue el episodio de hace una semana cuando el Pipa celebró por la noche su cumpleaños en una fiesta de la que participaron varios integrantes del plantel y a la mañana siguiente no se entrenó, lo que derivó en que fuera marginado del viaje a Santiago del Estero para enfrentar a Central Córdoba.
Una vez finalizado el ensayo de fútbol en el que el técnico empezó a preparar el once para recibir el sábado a Talleres, desde las 20, y en el que el atacante estuvo presente con los suplentes, ambos se juntaron en el centro de la cancha y hablaron durante unos minutos. Es obvio que el eje estuvo en lo sucedido la semana pasada cuando, a la mañana siguiente del festejo, Benedetto y Norberto Briasco fueron enviados de regreso a sus casas y luego no fueron convocados pese a las numerosas bajas que tuvo el Xeneize.
Lo que hasta ahora es un misterio es qué se dijeron y cuál de las partes tuvo la iniciativa para dialogar. Eso marcará las pautas de cómo seguirá esa historia. Si Benedetto reconoció como un herror lo hecho, tal como entendieron en el cuerpo técnico -de ahí el castigo- o fue lo contrario. Un indicio se verá cuando se anuncie la lista de convocados.
En la conferencia de prensa posterior al choque con el Ferroviario, Martínez se refirió al episodio y si bien no entró en polémicas, fue muy claro sobre su disconformidad con lo sucedido. “Benedetto no viajó porque creí que la mejor opción era los que viajaron, que mejor nos iban a representar y que mejor estaban para jugar el partido”, explicó.
Benedetto se había recuperado de una lesión y fue parte de los suplentes el miércoles pasado ante Fortaleza. Sin embargo, el viernes no apareció en la lista y luego se supo lo que había pasado. Para ese momento ya circulaban varios videos en redes del festejo, del que también participaron otros futbolistas del plantel pero algunos son los que estaban recuperándose de lesiones, a excepción de Equi Fernández que igual jugó ante Central Córdoba.
Como se sabía desde antes de este suceso, el Pipa finaliza su contrato con Boca en diciembre de este año y, ante la falta de continuidad, es prácticamente un hecho que no va a seguir. Seguramente el Consejo de Fútbol lo negocie -al mercado de México o Estados Unidos, por ejemplo, ya que en Argentina solo jugaría en el Xeneize- para traer algún reemplazante. De todos modos, si se encuentra una manera que favorezca a todas las partes podría abandonar la institución a mitad de año.