Pareciera ser que después de esa tarde de domingo del 21 de abril donde Boca superó ampliamente a River en carácter, juego y resultado y, en consecuencia, lo eliminó de los octavos de final de la Copa de la Liga, todo cambió para mal: así como la ilusión de los hinchas llegó a un pico máximo de esplendor, también bajó: la eliminación en manos de Estudiantes por penales en la competencia local, la dura derrota en el medio contra Fortaleza en Brasil, el empate en el último minuto de la Tricolor en La Bombonera y los resultados en la Copa Sudamericana que no se le terminan de acomodar a su favor se le suman los lesionados, otro dolor de cabeza para el cuerpo técnico del club ubicado en Brandsen al 805.
En la semana que todo el mundo xeneize esperaba que los resultados acompañen al buen funcionamiento-por momentos-, del equipo, llegó Kevin Andrade para estampar el 1 a 1 en la casa del Xeneize y toda la confianza que iba agarrando el plantel, se desplomó. A eso, hay que sumarle las secuelas físicas que dejó el partido de la quinta fecha del grupo D por la competencia internacional: a la confirmación del desgarro de Nicolás Figal en el gemelo izquierdo, se le suma la contractura de Pol Fernández en el posterior izquierdo, el reposo de Cristián Medina, quien tuvo que salir de la cancha en el segundo tiempo tras un golpe en el tórax, mientras que lo de Luis Advíncula, a priori, es sólo un golpe en la rodilla derecha.
Y cuando parecía que no había lugar para más problemas en el club presidido por Juan Román Riquelme, la mañana del viernes amaneció convulsionada por otro problema central en el Xeneize; Cristian Lema fue a hacerse estudios por una molestia muscular y se confirmó que padece una distensión. Sin embargo, puertas adentro sostienen que las sucesivas lesionen tienen que ver con la seguidilla de partidos y con un calendario que no da respiro.
Antes del cruce con los brasileños, el Xeneize ya había perdido a Marcos Rojo, quien se desgarró el isquiotibial de la pierna izquierda en la previa al compromiso en Paraguay ante Sportivo Trinidense, y a Aaron Anselmino, que justamente sufrió la misma lesión en el mismo músculo ante idéntico rival, y el lunes pasado se resintió.
A estos problemas en la defensa hay que sumarle que desde hace un tiempo dejó de ser opción Nicolás Valentini, quien finaliza su vínculo con la institución en diciembre de este año y fue “colgado” luego de que decidiera no renovar en las condiciones que se habían acordado. Si bien las charlas no están caídas, por ahora no avanzan y no lo contarán ante Central Córdoba el domingo, donde Diego Martínez baraja la posibilidad de un once alternativo. Además, Boca no cuenta hace un tiempo con una pieza que resultó fundamental para los primeros partidos del entrenador: Lucas Blondel, quien sufrió la ruptura de ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha se hace extrañar en el funcionamiento del equipo.
