La inflación de abril fue del 8,8%. Fue la primera de un dígito desde octubre del año pasado y fue celebrada por el gobierno de Javier Milei. En los últimos 12 meses acumula 289,4% y viene evitando marcar en la estadística una interanual de 300%.
La noticia alegró y tranquilizó también en Economía y desde el Palacio de Hacienda pusieron el foco en la inflación núcleo, que fue del 6,3% “el dato más bajo desde enero de 2023”, destacaron.
Claro que la inflación núcleo no tiene en cuenta, entre otras cosas, las variaciones estacionales ni los precios de los servicios públicos (regulados). Por lo que no le afectan el reacomodamiento de los precios relativos en los servicios de luz, gas y agua, que además en mayo fueron pospuestos para mas adelante. Con lo cual, también se espera que en mayo se consolide la baja del índice veremos en cuanto más.
Algo de esto venía anticipando el ministro de Economía, Luis Caputo, en los relevamientos propios y preliminares que hacen desde Hacienda. Hace 15 días, en un encuentro con la Fundación Mediterránea, dijo que “este mes la inflación núcleo va a sorprender a más de uno” y que “la baja iba a continuar en mayo”.
Pero al observar las divisiones, podemos comprender mejor porqué el Gobierno busca “subirle el precio” a la inflación núcleo.
La división de mayor aumento en el mes fue Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (35,6%), debido a los incrementos en las tarifas de gas, agua y electricidad. Le siguieron Comunicación (14,2%), por las subas en servicios de telefonía e internet, y Prendas de vestir y calzado (9,6%), por cambios de temporada. Por último por encima del índice general quedó Salud (9,1%), con el conflicto en medio de las prepagas.
Por el contrario, rubros que venían “pasados” con la inflación pegaron un freno fuerte en abril también víctimas de la caída del consumo y de lo perecedero de sus bienes. Bebidas alcohólicas y tabaco (5,5%), Bienes y servicios varios (5,7%) y Alimentos y bebidas no alcohólicas con una variación del 6%. Por el peso especifico de los rubros de alimentación dentro del índice hizo un buen contrapeso con el fuerte aumento de las tarifas.
Por encima de la inflación nacional también estuvo Educación, con el 8,6%. Por debajo de ese nivel quedaron Restaurantes y hoteles (7,3%), Recreación y cultura (7,1%), Equipamiento y mantenimiento del hogar (6,5%), todos rubros impactados por la recesión, el freno de la economía y un menor poder adquisitivo general.
Transporte subió 6,3% y fue uno de los rubros que pospuso los aumentos en sus tarifas.
En lo que va del año, la división que más aumentó fue Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (110,5%), seguida por Comunicación (106,5%). Dos rubros con fuertes desregulaciones y actualizaciones de precios.
En lo que respecta a alimentos y bebidas, a diferencia de otros meses, no hubo tanta volatilidad en las variaciones de precios en general. Las mayores subas y bajas se dieron en productos estacionales como el tomate redondo x kilo, que aumentó un 72% o la lechuga que bajó un 26,6%.
Veremos en mayo, cuanto más puede llegar a bajar la inflación, y si eso es perdurable en el tiempo, ya que las correcciones de tarifas pospuestas en mayo, deberán ocurrir tarde o temprano.
Los conflictos con las empresas de colectivos y la UTA, donde impacta el boleto de colectivo, o con las deudas de Cammesa y las generadoras de energía, donde falta aún actualizar taridas, están sobre la mesa.
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