Como desmesurada apareció la cadena nacional del intendente Montenegro, para exponer un escenario contrafáctico relativo a la MGP, en relación al ingreso hereditario de familiares de miembros del Sindicato de Trabajadores Municipales.
Fue en el pico del fracaso del segundo paro general de la CGT. El rechazo de la medida de fuerza tocó el orden del 70 %. En ese contexto, el intendente municipal capitalizó el malestar en redacciones extrañas a la ciudad.
Sin embargo, se conoció que el propio Jefe Comunal había sido el creador de una comisión redactora del CCT entre sus funcionarios y los integrantes del sindicato regenteado por Gilardi.
En efecto, en el decreto 1855 del 22 de octubre de 2021 rubricado por Montenegro se conformó un grupo de trabajo que llevó a cabo, precisamente, la tarea de formalizar el CCT que ahora, según dice, lo tiene a mal traer a los marplatenses. Sin embargo, también se supo que ese CCT (Convenio Colectivo de Trabajo) hasta la fecha no ha sido ni aplicado ni tiene vigencia legal alguna.
Hay tendencia a una sobreexposición de Montenegro, ahora vistiendo traje, para instalar su nueva candidatura a algo, ya que no tiene reelección. Necesita generar títulos y aprovechar los centros mediáticos en modo conferencia de prensa de su círculo de protección, para edificar un perfil bien alejado de la gestión que no le juega a favor. Lo están vendiendo como postulante.
Montenegro necesita ser más Milei que Milei. No lo ayuda el PRO que como marca política mide 10 puntos. También en General Pueyrredon la actividad económica cayó tres veces más que el promedio nacional. En el mismo espacio oficialista, dirigentes de fuste están jugando muy activamente en redes sociales como libertarios de la primera hora.
El Sindicato de Trabajadores amortiguó el déficit acumulado del Departamento Ejecutivo entre 2019 y 2023. Fue la variable de ajuste que usó el gobierno de Montenegro. Esa diferencia trasladada a la actualidad, hizo caer el poder adquisitivo de los municipales a una diferencia insalvable.
Hoy las partes son irreconciliables. Y la masa de recaudación de los contribuyentes de la MGP, sólo habrá de sostener los gastos de la política. No habrá otros destinos. La calidad y cantidad de servicios disminuirán hasta desparecer, en un marco de conflictos permanentes.
La detención del comisario mayor José Luis Segovia de la Jefatura departamental, tomó el gobierno municipal con la guardia baja. No reparó que la inseguridad encabeza los reclamos de los vecinos de Mar del Plata. Fuentes oficiales prefieren las estadísticas y refieren a sensaciones, mientras crecen las protestas, los hechos que se acumulan abarcan toda la ciudad.
El 4 de abril se había presentado una denuncia para que se investigue a Montenegro por los delitos de “abuso de autoridad y violación de deberes de un funcionario público”, por ordenar la instalación de la garita incumpliendo el procedimiento que exige la ley, por “malversación de fondos públicos”, “corrupción” por acumular una deuda considerable e “incumplimiento de la Ley de Policía Adicional” a la cual deben atenerse todos los bonaerenses sin excepción.
A su vez, marca que la garita no cumple con las condiciones mínimas de higiene y seguridad; no cuenta con baño ni agua potable. Además, la Municipalidad, a través del EMSUR, habría realizado en varias ocasiones conexiones clandestinas de energía eléctrica, las cuales fueron interrumpidas por la empresa prestadora.
Nada hubiera sido posible según radica la denuncia sin un acuerdo entre Montenegro y Segovia. Las zonas grises sobre las responsabilidades de fuerzas policiales en jurisdicciones análogas son un clásico en materia de seguridad. En CABA observadores han coincidido que a partir de la creación de la Policía Metropolitana justamente organizada por Guillermo Montenegro coincide con una drástica caída del servicio de seguridad, en la actualidad muy posiblemente en su peor momento. Ya hay habitantes de CABA que analizan abandonar la residencia en la Capital Federal por el crecimiento de la inseguridad.