Por Virginia Ceratto
(especial para Mdphoy.com)
Aclaro que no tengo la solución, la fórmula, pero que estas que veo, no lo son.
Me cuenta una gran amiga que en el cierre de la fiesta de la cerveza -a la que no fui por cuestiones de salud y de moneda- muchos jóvenes, con salud y con moneda -lo que está muy bien- saltaban al grito de “En tu cara Milei” o “Abajo Milei” o lo que se te ocurra con Milei.
A los saltos, no por el bizcocho que no hay en la mesa de los muchos argentinos, riendo, expresión que muchos hemos olvidado. ¿Esta es la respuesta? Por ahí se va a una pacífica y contundente revolución para poner un freno al desatino de la motosierra.
Esos pibes van a comenzar, si ya no lo hicieron, la Universidad. O van a trabajar… sí, porque si tienen para ir a Santa Clara es porque pegaron laburo, o no lo precisan.
Mientras, en la red de los viejos, me incluyo, se vocifera contra Milei, guarda, yo lo haría, pero sé que no gano nada, con que si la hermana, si Conan o su clonada progenie -qué culpa tienen los pobres animales condenados a la clonación…-, sin ninguna propuesta reflexiva, encaminada, programática. Y se insulta a los libertarios como si eso les hiciera cosquillas. No les hace nada, a lo sumo, los pone eufóricos, felices.
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No me refiero a las marchas, a las que los jóvenes no fueron, no los vi, a las firmas para que no cierre el Nación, a las protestas por el abandono de persona que está haciendo IOMA -vendría bien una ayudita judicial, ¿no?- porque eso visibiliza e incluso nos permite a quienes ya estamos en la lona creer en la cosa solidaria.
Pero el insulto, a pesar de la bronca entendible y la impotencia, ¿tiene efecto en lo real? Y sé que desde Lacan lo real no existe. O mejor escrito: lo Real es la Muerte y sobre eso no podemos decir ni escribir nada que no sea, pongamos, literario, ficcional.
¿Es catarsis? ¿Con quiénes se identifican aquellas/os que encuentran en la puteada encendida su modo de salir de esta condena que recién empieza y que ya está dejando a millones de argentinas/os en la absoluta miseria?
Recuerdo el “acá tenés los pibes para la liberación!”. Ya no tan pibes, dónde están. Pobre corazón…
Y quienes son pibes, ¿cambiarán algo, instarán a los representantes a batallar sacándose selfies y pegando saltitos?
Divina Lali -de quien no conozco ni un tema, y no por vieja, porque sí conozco de Wos, o Trueno-, pero será ella, ¿o se percibirá la nueva Juana Azurduy?
Con más marchas en mis piernas y hombros que entonaciones de la de San Lorenzo, barrunto que no sirve de nada. No así.
Las clases siguen estando tan separadas como hace décadas, y quienes pueden aguantar la debacle no nos sumarán un ibuprofeno al alcance del bolsillo haciendo pogo -que lo hagan por diversión- ni insultando a quien se alimenta de puteadas.
Ya se están muriendo personas de mi generación, un tanto precoces para morir, y eso es por abandono, tristeza, salud mental. Ya nos -o me- cansan esos insultos groseros que son halagos para los supuestos acusados.
Repito, no tengo la respuesta. Tengo sí mi plan desde mi actividad, mientras la pueda continuar, va mi apoyo para acciones concretas que no pasen ni por la euforia de un recital festivo ni por la puteada fácil.
Me encantaría una explicación. Probablemente yo sea la equivocada. Y que cada uno/a se dirija a su hinchada sirva para poner alimentos en la alacena y medicamentos en el botiquín…