“La educación, desde el punto de vista escolar, secundario y universitario, está en una crisis tremenda”, así lo sostuvo el licenciado Santiago Kovadloff, quien participó del IX Evento Farmacéutico, Cooperativo, Empresarial, Académico – ACOFAR 2010, que tuvo lugar hasta este sábado en nuestra ciudad. El filósofo llegó para brindar una conferencia sobre y analizó la realidad social, cultural y política del país.
Convivencia y participacion
El ensayista y poeta agradeció la invitación de los integrantes de ACOFAR 2010 para brindar la charla sobre “Convivencia y Participación”. Acerca de esto resaltó que “es una iniciativa que responde a la convicción de que la cooperación, los recursos, y las aspiraciones del medio farmacéutico redundan la necesidad en una mejor calidad de servicio y en una mejor calidad de negociaciones del sector”.
“Entonces, quienes organizan este tipo de eventos comprenden desde hace ya algunos años que es fundamental ampliar el campo temático entre las cosas que aquí se debaten, a la consideración de los problemas culturales, educativos, políticos y sociales. Dentro de los cuales se inscriben los dilemas, los problemas, y los intereses del sector específicamente farmacéuticos. Mi presencia aquí responde a una invitación fundamental: meditar en compañía de quienes participan en este congreso, las realidades, complejidades, las certidumbres e incertidumbres del país”, manifestó.
Por otra parte, Kovadlof sostuvo que hay una problemática muy grande a nivel educativo y que en parte el hecho de que se “desdibujara la figura del maestro”tiene mucho que ver. “Ha quedado reducida a una reivindicación gremial Y el alumnado ha ido perdiendo la idea de que la educación requiere un intercambio de aprendizaje y de estudio, una paciencia generadora de formación y educación. Me parece que a los problemas de infraestructura, que enfrenta la escolaridad, hay que sumarle una profunda confusión acerca de cuáles son las necesidades del país, que en términos de políticas de Estado, deben ir generando la orientación de los planes de estudio”, explicó.
Sin embargo, destacó que hubo otros avances que contribuyen a un aporte “muy valioso”. En ese aspecto resaltó la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, la que consideró como una de las iniciativas más innovadoras y necesarias que había que concretar en Argentina. “Es de aspirar, de creer y de esperar que las políticas sean consecuentes con los planteos, los recursos y las necesidades de un Ministerio de Ciencia y Tecnología. Culturalmente para mí no debe limitarse a considerar desarrollo de sus artes, de su literatura, sino que tiene que tomar en cuenta también la ciencia y la tecnología que forman parte de la cultura, porque inciden en la construcción de la subjetividad”.
Democracia y gobierno
Santiago Kovadloff tiene un currículo más que interesante. Es Licenciado, ensayista, poeta, traductor y antólogo de la literatura de lengua portuguesa y autor de relatos para niños. Además es profesor honorario de la Universidad Autónoma de Madrid y Doctor Honoris Causa por la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES). Desde 1992 es miembro correspondiente de la Real Academia Española, y desde 1998 es miembro de número de la Academia Argentina de Letras y de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. Asimismo integró el Tribunal de Ética de la Comunidad Judía de la República Argentina, hasta su disolución. También es colaborador permanente del diario La Nación.
Su amplia trayectoria lo hace un hombre de consulta para despejar dudas, y recibir un punto de vista diferente y específico. En su paso por Mar del Plata, Kovadloff también habló acerca de la joven democracia argentina.
“Una democracia madura es una democracia en la que uno no termina de estar preparado nunca. Precisamente la diferencia entre un régimen democrático y un régimen totalitario, es que este último desafía a que la sumisión de la ciudadanía sea absoluta y en ese sentido esté preparada. En las democracias, la capacidad de protagonizar los desafíos de la vida republicana hace que siempre sea, felizmente, insuficiente, que haya que perfeccionarse, y que se deba ampliar el campo de la comprensión y del compromiso con la vida democrática”, concluyó.