La primera actualización con la nueva movilidad se hará efectiva a partir del 1° de abril, pero el trimestre arranca en febrero y el período anterior era de octubre a diciembre.
La Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) reveló que el mega DNU saltea la inflación de enero en el cálculo de la movilidad jubilatoria que empieza a regir desde el 1 de abril.
Al tomar los datos del trimestre octubre diciembre de 2023 para arrancar con la nueva movilidad a partir de abril, parte desde febrero, con lo que la inflación correspondiente a enero no está incluida.
Significa que los haberes resignarían entre 20 y 25% por tal omisión.
Para evitar el salto, el guarismo resultante debería partir del Indice de Precios al Consumidor de enero y llegar a marzo, es decir, correr un mes hacia atrás el período a ajustar.
Los jubilados no sólo estarían así resignando más de un 20% de acuerdo con esta ponderación, sino que ya traían de arrastre la pérdida de poder adquisitivo del 32,2% para aquellos no encuadrados en la mínima y del 14,1% para los que cobran la mínima, según la estimación de la OPC.
La licuación de las jubilaciones y pensiones que ejecutó la administración de Alberto Fernández sobre todo cuando Sergio Massa ocupó el Ministerio de Economía, se explica en parte en el achatamiento de la pirámide, ya que se les da más aumento a casi la mitad de los beneficiarios, que cobran la mínima.
Técnicamente, así como está, el gasto fiscal se recortaría este año cerca de 1 punto del PBI. Un poco por la baja en términos reales de los haberes y otro tanto por el achicamiento del PBI.
La aceleración de los precios desde las PASO es corrida de atrás por los ajustes y abrieron una brecha en el poder adquisitivo.
En el supuesto caso que la inflación ceda a partir del segundo cuatrimestre y se ubique en un dígito, como proyecta la cartera económica, se invertiría la dinámica y se recompondrían los haberes, que hasta el primer trimestre estarían cayendo en picada.
El mes salteado amortiguaría la recuperación por el cambio de tendencia y su resultado final sería una reducción real de las partidas previsionales aplicadas.
Si bien el tobogán de los ingresos de los jubilados lleva seis años acumulando pérdidas, la reversión de la curva que plantea el DNU no alcanza a resarcir la quita que produjo la inflación en los haberes, por lo que requeriría de medidas complementarias que el Gobierno, al menos en las franjas que no son las mínimas, no está dispuesto a otorgar.
De acuerdo con el DNU, las prestaciones serán móviles.
El índice de movilidad se obtendrá mensualmente conforme al último dato de inflación mensual disponible al momento de comenzar el ciclo de pago de cada mes.
La inflación se definirá como la variación mensual del Índice de Precios al Consumidor.
Por otra parte, se eliminan las jubilaciones de privilegio para Presidente y Vicepresidente y, de esa manera, “se le pone fin a un privilegio de la casta en donde los Presidentes accedían a una jubilación millonaria y vitalicia”.