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El 2 % al combustible de Montenegro y los trapitos arrancan en $ 2.000: La temporada que vive Mar del Plata

 

Una analogía del parafraseo de Sergio Massa “No nos entra un quilombo más” sería el “es eso o eso” que como único argumento sostiene el entorno de Montenegro, para impulsar la aprobación de una ordenanza que universaliza en la ciudad un nuevo e inédito impuesto a la carga de combustible.

Massa pedía que en pleno proceso electoral el gobierno que él integraba no provocara más desastres. Montenegro en sucede asimismo en el límite expone que tampoco le entra un quilombo más. Resulta harto evidente.

No tuvo el tino de Blas Aurelio Primo Aprile de convocar a un plebiscito para pedir más recaudación con un plan de obra afectado. La ciudadanía le dijo que sí al Plan Mar del Plata 2000 I y 2000 II.

Montenegro salió de patada voladora a embolsar el 12 % de un abultado presupuesto 2024 a través de una mecánica impropia para una municipalidad. Como ex juez federal desconoce la inconstitucionalidad que expertos jurídicos sostienen. O es parte de un plan durar asfixiado por una economía que le ha explotado, más allá de la inflación, la pandemia y Kicillof.

La diaria de los trapitos arrancó con $ 2.000.- por evento, una tarifa módica que ya se aplica en los espectáculos de la zona de El Faro en el inicio de la temporada. Estamos mal y vamos peor. Martinelli arranca 2 sets abajo, 0-5 y 0-40 y viene de ranking fatal en Legal y Técnica.

Dice que no es afín a la política pero le cedieron la llave del 2027, todo muy rápido se cocinó, ni los habituales voceros del oficialismo tenían la pista. El tren de Montenegro es propenso al descarrilamiento. El oficialismo es un flan y la oposición debate su propia identidad sin encontrar su ADN y no sabe dónde está parada.

Pero el impacto del impuesto a la carga de combustible

 

 

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