El 25 de noviembre de cada año se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La Organización de las Naciones Unidas (ONU), fijo este día en homenaje a las mariposas, las hermanas Mirabal: Patria, Minerva y María Teresa, militantes políticas de República Dominicana que fueron asesinadas durante la dictadura de Trujillo. Hoy en día el marco se ha ampliado, pensando en la no violencia hacia las mujeres y hacia el colectivo de las disidencias.
Alba Salinas, abogada y coordinadora general del protocolo de género de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Sobre el día comentó: “Se hace esta extensión porque hablamos de todas aquellas violencias que van dirigidas hacia las mujeres y hacia todas aquellas identidades de género que no responden al paradigma de la cultura patriarcal. A partir de la fijación de esta fecha por parte de las Naciones Unidas, se establecen 16 días de activismo contra la violencia, que va desde el 25 de noviembre hasta el 10 de diciembre. Estos días, en todos los países, se realizan actividades de distinta índole, pensadas para erradicar la violencia por motivos de género”.
A su vez, sobre la situación de las mujeres que sufren violencias a nivel local Salinas dijo: “Lo que vemos es que no ha habido avances en las políticas de género del municipio, muy por el contrario, advertimos cierto retroceso en las políticas públicas destinadas a asistir a las mujeres y a las disidencias en situación de violencia”.
En el partido de General Pueyrredon desde hace años y a través de los distintos gobiernos que han pasado, se ha trabajado en determinadas políticas pensadas para lograr la asistencia integral de las personas en situación de violencia. “Pero no con las expectativas que tenemos quienes trabajamos con mujeres en situación de violencia de género. Desde el Movimiento de Mujeres y Diversidad de la ciudad se plantean permanentemente exigencias, sobre todo para el aumento de presupuesto que tenga que ver con esta temática”, dijo la coordinadora del protocolo.
Así mismo, hizo énfasis en la necesidad de implementar de una política de descentralización de asistencia, “porque hay mujeres que, sobre todo de barrios alejados de la ciudad, lamentablemente no llegan a los pocos recursos que tiene el Estado, porque no tienen la posibilidad de llegada ni a la Dirección de Políticas de Género, ni a la Comisaría de la Mujer y esto lo que hace es que, ante la falta de asistencia, no puedan salir de la situación en la que se encuentran”, dijo y agregó: “Estamos hablando fundamentalmente de las mujeres que sufren violencia doméstica”.
El rol de la educación
La instalación de esta temática en el ámbito educativo “es fundamental, porque la violencia hacia las mujeres y disidencias tiene que ver con una cultura que históricamente ha desigualado a las mujeres y que ha establecido estas relaciones desiguales a partir de la construcción de roles y estereotipos de género, y de espacios diferenciados para mujeres y varones”, comentó Salinas.
“Erradicar o empezar a deconstruir esos estereotipos tiene que ver fundamentalmente con la educación en los distintos niveles de enseñanza: desde la educación inicial hasta la educación en el ámbito universitario”, dijo la abogada y agregó: “También hay que educar desde todo lo que haga a mecanismos informales, como son los medios de comunicación, que son los que muchas veces sostienen y perpetúan la violencia”.
Protocolo de género de la UNMDP
El protocolo de género es un dispositivo de atención que forma parte de una política institucional que tiene la universidad para prevenir y erradicar las violencias por motivos de género. “En el marco de una serie de políticas institucionales en el año 2017 se creó el protocolo de actuación. Como tal, fundamentalmente es un dispositivo de atención al que pueden venir, al que puede asistir cualquier persona integrante de la comunidad universitaria, docente, no docente, estudiante, graduado, funcionario, que esté atravesando por una situación de violencia o discriminación por motivos de género”, explicó Salinas.
Se trabaja en un ámbito de total privacidad, respeto, confidencialidad y de no revictimización. “Concurrir a consultar el protocolo implica asesorarse, tener una orientación en relación a la situación de violencia o de discriminación que trae la persona, la posibilidad de pedir medidas de protección si hay una situación que requiere una intervención inmediata de las autoridades para que la violencia cese en forma inmediata, e incluso en algunos casos iniciar acciones disciplinarias. Estas posibilidades que ofrece el protocolo, el dispositivo, tienen que ver con lo que la persona decida y quiere hacer”, dijo.
Salinas agregó: “Hay personas que solo vienen a asesorarse, otras que solicitan la intervención de la autoridad, de la unidad académica, a los fines de pedir alguna medida de protección, o solicitan la derivación de la persona denunciada del dispositivo interpelando masculinidades. La casuística es muy variada y cada caso es muy particular en cuanto a las posibilidades de actuación que tiene la herramienta. Hay otras personas que, en función de los hechos que denuncian, pretenden el inicio de una acción disciplinaria que finalmente se sustancia en el área de legales de la universidad. Lo importante es que sepan que venir al protocolo no significa interponer una denuncia. Pueden venir a consultar y a ver qué pueden hacer con la situación que están atravesando, en un marco de total confidencialidad”.
A su vez, en la universidad existen espacios de reflexión para varones. “Hay dos espacios, uno que es un espacio de reflexión para nuevas masculinidades, y otro espacio que se llama interpelando masculinidades, dirigido especialmente para varones que han sido denunciados por violencia por motivos de género”, especificó Salinas. El segundo espacio es una medida psicoeducativa pensada para que aquellos varones que han ejercido violencia puedan tener un espacio de reflexión porque “hay determinadas violencias que siguen estando naturalizadas. Nosotras ya no justificamos un femicidio ni una violencia sexual, pero hay otras violencias que son más sutiles, como la violencia simbólica, o algunos estilos de violencia psicológica. Al estar naturalizados es muy difícil que pueda la persona que la ejerce dejar de hacerlo. Entonces estos espacios de reflexión lo que permiten es empezar a poner en cuestión, empezar a desnaturalizar lo que llamamos violencias invisibles sutiles, pero que generan mucho daño en quien la padece”.
Para contactarse con el protocolo de género de la UNMDP se puede escribir al correo electrónico: protocologénerounmdp.edu.ar o al teléfono celular 2236987603. El horario de atención en la sede del protocolo, ubicada en Independencia 3365, primer piso, es de lunes a viernes, de 8.30 a 11.30 y de 14.30 a 17.
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