El candidato oficialista puso el foco en el equilibrio fiscal, el diálogo y el consenso para llevar adelante las potenciales reformas a partir del 10 de diciembre en caso de ser electo.
Tras brindar su discurso frente al auditorio del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp), Sergio Massa contestó preguntas de los empresarios y de la prensa. El candidato presidencial prometió bajar el gasto público y dijo que hasta se eliminarían los celulares pagados por el Estado en la administración pública, por lo que cada empleado comenzará a trabajar con el suyo.
En cuanto a la capacidad de endeudamiento y el equilibrio fiscal, prometió que no se va a tomar más deuda para financiar fuga de capitales ni gasto corriente, y que buscará limitar la autorización de toma de deuda: “Sólo se autorizará para largo plazo, intergeneracional, por ejemplo en obras que sea para las próximas generaciones”.
Ante los empresarios que integran el G6, que reúne a las principales cámaras y asociaciones patronales del país, defendió sus propuestas e hizo hincapié en que “hay que ir a un país en el que el Estado no gaste un centavo más de lo que ingrese”. Pero dijo que eso requiere de diálogo y no de agravios. “Se imaginan ustedes, hacerlo desde el agravio, sin buscar consensos”, buscó el contrapunto con su rival del próximo domingo Javier Milei.
En esa línea de “normalización” de los preceptos económicos, y ante la consulta sobre la necesidad de reconvertir los planes sociales, el candidato de Unión por la Patria dijo estar de acuerdo en que hay que reconvertirlos, pero reiteró en que no se puede hacer desde el agravio, sino desde el consenso.
En tono autocrítico, reconoció que “puede haber dudas” respecto de su futuro Gobierno, pero pidió “tiempo” para que lo vean gobernar y llamó a “salir de un ecosistema tóxico para que crezcamos todos juntos”.
Tuvo tiempo el ministro-candidato para lanzar un dardo a su oponente libertario, luego de interrumpir una respuesta para toser, y pidió unas irónicas disculpas: “Perdón por la tos, espero que a ustedes no les moleste”, lo que despertó la risa del auditorio y algunos aplausos.
Respecto de la cantidad de impuestos que se pagan, durante su discurso sostuvo que “no puede ser que haya 150 impuestos en la Argentina, no se puede seguir con este festival de impuestos con doble o triple imposición”, pero advirtió que esos cambios se realizan “con diálogo y no con agravios”. Más tarde, en rueda de prensa, indicó que el objetivo será buscar acuerdos con municipios y provincias para que se paguen menos impuestos.
Respecto de las economías regionales y el agro, prometió que se van a bajar retenciones en trigo, maíz y soja, en todo lo que es valor agregado, y ponderó la inversión en infraestructura, poniendo como ejemplo la necesidad de impulsar rutas en buen estado. “El 80 por ciento del PBI argentino viaja en camión, por lo que la inversión en infraestructura es clave para mejorar la productividad y terminar el proceso de desarrollo”, sostuvo Massa.
También se diferenció del candidato libertario en la mirada de política internacional y comercio exterior: “Argentina debe tener una mirada multilateralista. Voy a defender el mercado chino, porque es a favor de la producción. Mirar al mundo con prejuicio ideológico es un error”, advirtió.
Además, reconoció que se debe modernizar el Mercosur, y propuso avanzar con el uso de otras monedas para el comercio, como reales y pesos, así como se hizo con los yuanes para el comercio con China. “Quiero que algún día sintamos el orgullo de que en cada rincón del mundo haya un producto con bandera argentina”, dijo Massa.