El intendente de Olavarría, Ezequiel Galli (PRO), tuvo una semana muy complicada. El domingo perdió por paliza las elecciones en las que buscaba su tercer mandato consecutivo.
Descorazonado, le pidió al Concejo Deliberante autorización para tomarse vacaciones durante tres semanas. Volverá a la función con el tiempo justo para hacer la transición con su sucesor, Maximiliano Wesner.
El pedido de licencia, como contó INFOCIELO, no fue un trámite. El sindicato de trabajadores municipales organizó protestas y acusó al intendente de “huir” del cargo sin cumplir acuerdos salariales.
Para colmo, en el medio surgió la preocupación por el rojo de las cuentas municipales, que alcanzaría los 1.400 millones de pesos.
Nada de esto apareció -al menos públicamente- en el mapa de las preocupaciones de Galli, que logró la licencia y se fue de viaje, las malas lenguas dicen que a Miami.
En lugar de descansar, el Jefe Comunal salió a mostrar empatía con el padecimiento de los argentinos y a colaborar con la “psicosis” por la falta de combustibles.
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