Por estos días ha ganado repercusión la decisión de eliminar la Secretaría de Cultura y enviar el área a Turismo, creando así el Ente de Turismo y Cultura.
Similar decisión se tomó en el año 2001 cuando quien esto escribe ejercía la titularidad del Ente de Turismo.
Memorioso de aquella errática decisión, dudo que esta fusión pueda ser sostenida en el tiempo dado que todos los actores, ya sean del ámbito del turismo o de la cultura, bregaron, bregan y bregarán siempre por mantener la identidad de cada sector.
En aquella oportunidad quedó demostrada la dificultad, según mi propia experiencia, de cursar una administración conjunta con finalidades y universos a satisfacer muy disimiles. Tal como quedó demostrado en menos de un año se tuvo que retroceder en la fallida unificación.
Las dinámicas de ambas áreas difieren diametralmente en razón de que tienen diferentes destinatarios y absolutamente otras herramientas para concretar la gestión. Es decir, se trata de objetivos muy distintos, aunque compartan la misión de toda la Municipalidad: mejorar la calidad de vida de los habitantes del Partido de General Pueyrredon.
Por supuesto que eso no quiere decir que no haya proyectos en los que puedan coordinarse acciones conjuntas, de hecho, este es el rol que viene cumpliendo a cabalidad el Emtur, no solo con otras áreas municipales, sino también con organismos públicos y privados locales, provinciales y nacionales.
Definitivamente aquella fue una experiencia perturbadora para ambas áreas, que impactó negativamente en las labores internas del Ente teniendo que redoblar esfuerzos para que esas alteraciones no se expresen en la gestión pública.
Por esta razón y a modo de contribución frente al debate de llevar adelante nuevamente la unificación de las áreas de Turismo y Cultura, considero que se debería extremar los esfuerzos para mantenerlas independientes en su accionar, en pro de sostener el fortalecimiento de ambas dependencias y mantener la eficacia en sus resultados.
Carlos Patrani.