Gonzalo Ochoa Martínez
Tras el asesinato del colectivero Daniel Barrientos en La Matanza, desde Provincia pidieron a la justicia que “investigue a fondo” lo ocurrido y manifestaron sus dudas respecto a las circunstancias del asesinato, por acciones como la utilización de dos vehículos para abordar al colectivo durante la madrugada. Fue el ministro de Seguridad, Sergio Berni, quien salió rápidamente a sembrar dudas sobre el caso.
“No es común que vayan a las cuatro de la mañana a asaltar un colectivo y que no se lleven nada con un arma típica de sicarios, no es el arma de los delitos que vemos amateur en el conurbano bonaerense”, sostuvo luego de haberse presentado a dialogar con los colectiveros que se manifestaban en la General Paz y ser agredido por varios de ellos.
En versiones oficiales que hizo circular la Policía Bonaerense, además, los delincuentes cercaron el colectivo que conducía Barrientos. Algo que, posteriormente, quedó desmentido por cámaras de seguridad de la zona, donde se puede apreciar a sólo dos delincuentes huír corriendo antes de subirse al auto que los esperaba.
De la versión oficial de Berni se hizo eco el propio gobernador, Axel Kicillof, quien anoche en C5N aseguró que las circunstancias “no son dudosas, son prácticamente inéditas”. “Viene el colectivo, lo cruza un auto de apoyo y suben dos personas con armas de un calibre más alto de lo habitual. Parecía el robo de un blindado. Y se llevaron un bolso o una mochila y después a quemarropa asesinaron al chofer”, aseguró el Gobernador en un relato idéntico al que anteriormente difundió su Ministro.
Sin embargo, ayer por la tarde uno de los pasajeros del colectivo brindó su testimonio y contrastó las aseveraciones de Berni. Según Sebastián, un empleado de limpieza y vecino de La Matanza que fue testigo del asesinato, no hubo dos autos tapando al colectivo; tampoco pareció un robo de un blindado sino “un choreo al voleo donde se les fue la mano y mataron al colectivero”; y los delincuentes sólo robaron un bolso porque fue lo único que alcanzaron a manotear a las pasajeras de adelante antes de huir corriendo.
“Se escuchan los dos disparos y automáticamente son cinco, diez segundos que se ponen nerviosos y se bajan corriendo”, afirmó el testigo en una entrevista a Radio Con Vos, quien también afirmó ser vecino del Policía de la Ciudad que viajaba en el colectivo y que le disparó a los delincuentes luego de que se bajaran del colectivo.
La verborragia de Berni, un ancla que expone a Kicillof
Para realizar las afirmaciones que hizo en C5N, el gobernador Axel Kicillof se basó en la investigación policial que está a cargo del Ministerio de Seguridad, y en información que la cartera de Sergio Berni le brindó respecto al caso. Así lo pudo confirmar INFOCIELO de fuentes oficiales.
La confianza que el Gobernador pone en su Ministro no sólo lo llevó a reivindicarlo en su puesto luego del caso, sino también a replicar las sospechas que Berni hizo públicas a pocas horas del asesinato y tras la agresión que recibió por parte de un grupo de colectiveros. Desde Casa de Gobierno aseguraron que, más allá de las hipótesis, esperan que la justicia profundice la investigación para esclarecer el hecho. “Tenemos bien claro que es la justicia la que tiene que investigar todo lo que paso”, aseguraron a este medio.
Con la guardia alta por el año electoral y por el atentado a Cristina Kirchner bajo el cual se investiga a la mano derecha de Patricia Bullrich, Gerardo Milman, en Calle 6 temen que detrás de todo el caso haya una “mano negra” y el asesinato sea parte de una macabra operación relacionada a la campaña electoral.
El propio Gobernador hizo notar que días antes la precandidata del PRO, Patricia Bullrich, había visitado una línea de colectivos y hecho hincapié en la inseguridad de los choferes; y realizó un acto político en La Matanza donde uno de los carteles luego fue protagonista de la manifestación en la que agredieron a Sergio Berni.
Más allá de las casualidades, y del “uso político” que luego le dieron dirigentes de la oposición al hecho; el relato de los pasajeros del micro que con el correr de las horas se animaron a hablar, como Sebastián, y la aparición de cámaras de seguridad de los vecinos comienzan a echar tierra a tales elucubraciones.
No es la primera vez que el Ministro deja en una posición incómoda al Gobernador. Uno de los casos más resonantes fue tras la represión de los agentes de la Policía Bonaerense a los hinchas de Gimnasia en La Plata, antes del partido contra Boca Juniors. Al igual que como ocurrió en La Matanza, a pocas horas del asesinato de “Lolo” Regueiro, Berni salió a hablar con un colchón de mentiras que enfurecieron a los ‘triperos’.
La causa aún continúa en manos de la justicia, y no hay una definición respecto a la presunta sobreventa de entradas que denució el Ministro. Otras tres afirmaciones se fueron rápidamente por la canaleta: que el problema lo generó “gente intentando ingresar a la fuerza sin entradas”, que la orden de cerrar el estadio la dio el club, y que Regueiro falleció por “antecedentes cardíacos”.
Como aquella vez, las declaraciones y versiones del Ministro de Seguridad, que luego se caen por su propio peso ante la falta de pruebas, dejan expuesto al gobernador Axel Kicillof, quien se nutre de sus informes.
.