Después de una actuación para el olvido en Córdoba, todos los caminos conducen a que Hugo Ibarra ya no apostará más por darle “confianza” a aquellos futbolistas que vienen jugando y, en cambio, meterá mano en el equipo ante Platense para intentar revertir este presente sumamente irregular.
Hoy, en la continuidad de la semana de entrenamiento, llegó el primer indicio que respalda este panorama que ya se vislumbra desde que finalizó el duelo con Talleres: el Negro no paró un táctico formal, pero sí realizó un trabajo con pelota en el que apenas repitió a cuatro de los titulares que jugaron frente a la T.
Los nombres que formaron parte del mismo equipo fueron Sergio Romero, Luis Advíncula, Alan Varela y Óscar Romero. Claro, si bien es cierto que esto no da certezas de que pateará el tablero e introducirá múltiples variantes para recibir al Calamar de Martín Palermo el domingo, sí es una clara señal.
De movida, Ibarra sabe que tendrá dos bajas obligadas: la de Sebastián Villa, expulsado en el Kempes por una agresión sin pelota, y la de Nicolás Orsini, quien tiene un desgarro en el bíceps femoral de la pierna izquierda. En su lugar, los candidatos que corren con más fuerza para ingresar en Boca son Luca Langoni, autor del gol el último fin de semana, y Miguel Merentiel, que justamente reempazó al ex-Lanús cuando se lesionó apenas inicado el partdo.
Asimismo, el DT piensa en meter mano tanto en la defensa como en el mediocampo, que le está costando en la marca y en la creación de juego. A priori, Frank Fabra podría dejar el once por Agustín Sández, mientras que Ezequiel Fernández, primera modificación fija en los segundos tiempos, podría plantarse desde el primer silbatazo en el círculo central junto a Varela, reemplazando a Juan Ramírez, en deuda futbolística en este 2023. Se perfilan, al menos, cuatro variantes…
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