En marzo, las jubilaciones y pensiones del sistema previsional general de la Anses tendrán un reajuste de 17,04%, según se anunció oficialmente esta tarde. La recomposición alcanzará también a las pensiones no contributivas y a las asignaciones por hijo (tanto a la AUH como a las prestaciones que perciben asalariados formales y monotributistas). Además, habrá un bono de $ 15.000 para quienes cobren el haber mínimo.
El aumento anunciado es el primero de 2023 que se otorga según la fórmula de movilidad de la ley 27.609, aprobada a fines de 2020 y que el año pasado dio un resultado muy por debajo de la inflación: mientras que las subas de haberes determinadas por ese cálculo acumularon un 72,48%, el aumento generalizado de precios trepó a 94,8%. El gobierno, lo compensó con bonos, por eso en la práctica los haberes de los pasivos no perdieron contra la inflación.
Con la nueva suba, que fue anunciada por el ministro de Economía, Sergio Massa y la directora ejecutiva de la Anses, Fernanda Raverta, el haber mínimo pasará de $50.124,26 a $58.665 y el máximo, de $337.288,80 a $394.763 (valores en bruto). Massa, que suma en el cálculo el bono, informó que ahora el haber mínimo real es de $73.665.
La Asignación Universal por Hijo, que también se actualiza por el índice de movilidad porque así lo establece la ley, se elevará de $9.795 a $11.464 (en rigor, se cobra cada mes el 80% del monto determinado, en tanto que el 20% queda sujeto a la acreditación anual del cumplimiento de determinadas condiciones).
En el caso de las asignaciones por hijo que cobran asalariados registrados y monotributistas, se actualizarán los montos a cobrar y los ingresos topes para estar en cada uno de los tramos. Además, está previsto por la normativa que en marzo se reajuste el salario máximo para poder percibir la prestación. Al estar congelado ese tope desde el tercer mes de 2022, en los últimos tiempos muchos trabajadores dejaron de percibir esa parte de sus ingresos, aun cuando, en muchos casos, los incrementos salariales que recibieron no les permiten siquiera mantener el poder adquisitivo. Solo entre marzo y septiembre del año pasado, según los datos más recientes publicados por la Secretaría de Seguridad Social, en el universo de trabajadores en blanco se dejaron de percibir casi 700.000 asignaciones por hijo.
La ley de movilidad dispone la vigencia de cuatro reajustes cada año, en marzo, junio, septiembre y diciembre. En el cálculo de la movilidad intervienen la variación interanual que tuvo en un trimestre la recaudación de los impuestos con los que se pagan en parte las prestaciones de la seguridad social, medida por beneficio, y la evolución trimestral de los sueldos según uno de dos índices oficiales: la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte) o el índice salarial difundido por el Indec (se elige el que haya tenido la mayor suba en el período de referencia que, en este caso, es el tercer trimestre del año). El mecanismo prevé la eventual aplicación de un tope para el porcentaje a otorgar en el último mes del año, que está vinculado con la variación de la recaudación de recursos, tanto tributarios como originados en los aportes y contribuciones, que van a la Anses.
El reajuste de marzo alcanzará a 5,63 millones de jubilados y pensionados del sistema contributivo (que son perceptores de alrededor de 6,75 millones de beneficios), 1,8 millones de beneficiarios de prestaciones no contributivas, 4,34 millones de chicos por los que se percibe la AUH, otros 758.000 hijos de quienes cobran prestaciones no contributivas, y 3,27 millones de personas por las que se cobra la asignación por hijo del sistema contributivo (chicos a cargo de asalariados y de monotributistas).
Además, por el índice de movilidad se actualizan trimestralmente el piso y el techo de las remuneraciones para el cálculo de los descuentos a la seguridad social y los aportes previsionales de los autónomos. Todo sube un 17,04%.
Fuente: DIB