Un joven que busca el sentido de su existencia, ingresando en una hermandad. Un médico que experimenta el tambaleo de su vida profesional y matrimonial. Una enfermera que, presa del miedo y del prejuicio, sucumbe en la trama del chisme y de una religiosidad pacata. Estos son algunos de los personajes que construyen esta singular novela, atravesada por “efectos de pequeñas causas”.
Como en el acto de ordenar un rompecabezas, el lector reubica las acciones, los sentidos, los vocablos, colocados ingeniosamente gracias a una escritura cuidadosa, arquitecta de los signos, que la lectura irá relevando como pistas orientadoras. Las microhistorias en esta novela publicada por Ediciones B se enlazan e iluminan en un tejido complejo, y a la vez, armonioso.
Las voces de los personajes —que identifican sus diversas concepciones socioculturales—, así como la estructura en la que la novela las enmarca, arrojan al lector a un mundo literario que ha sabido trazar las correspondencias entre el fondo y la forma.
Que así sea garantiza una certeza: no bien comienza el desafío de su lectura, no puede abandonárselo. La trama es envolvente, nos hipnotiza el deseo de recuperar los significados, no sólo para saber “qué pasa después”, sino también porque ellos nos enriquecen en nuestra comprensión de la naturaleza humana.
Fernando Del Rio nació en Mar del Plata en 1972 y desde su adolescencia trabaja en el diario La Capital. En la actualidad escribe crónicas policiales pero ha sabido desempeñarse en distintas secciones del matutino. Es autor del libro de cuentos Botellones de Aire, premiado en 2008 en el Concurso Literario Osvaldo Soriano, y junto a Sebastián Chilano publicó “Furca, La Cola del Lagarto”, una novela experimental que forma parte de una trilogía, cuyo segundo episodio se presentará en 2011.