Con todo por resolver y atado a las postergaciones de Nación y Provincia, debido a los recursos que provendrán desde las coparticipaciones respectivas. Las mismas completan parte de la recaudación propiamente dicha producto de tasas y derechos municipales, la prórroga solicitada ayer significa un mes de tensa calma para el Departamento Ejecutivo.
Ya llegarán los secretarios de áreas y autoridades máximas de los entes descentralizados, quienes seguirán sosteniendo la misma línea política de la discriminación que General Pueyrredon sufre desde la Provincia de Buenos Aires, que se traducen en atrasos y falta de reconocimiento por tratarse de una comuna PRO, la más importante del territorio bonaerense, donde se jugará la madre de todas las finales en las próximas elecciones, que elegirán presidente, gobernador, intendentes y legisladores nacionales, provinciales y municipales.
La rencilla política que siempre existe especialmente en estos casos, tiene que ver además que al déficit de caja, hay que sumarle una gestión ausente y escasa, que se ha dedicado a estimular prórrogas, contrataciones directas, declaraciones de emergencia en varios servicios y aún un convenio multimillonario convenio con 20 años de duración, que sorteó el HCD a pesar de un dictamen del Tribunal de Cuentas de la Provincia de Buenos Aires. Viene completo el combo para que no queden dudas que es la regla y no las excepciones.
No debe quedar fuera de la agenda el tratamiento de la política de personal, que llega al décimo mes del año con un serio retraso de la actualización salarial con respecto a la inflación y que no tiene miras de arreglarse entre noviembre y diciembre, también caerá entonces con el nuevo año que sigue nada menos pegado al mundial de Qatar.
Es elocuente que al cumplir el 75 % de su mandato ha elegido el salario municipal como variable de ajuste de las trapisondas. No es la austeridad, los mejores servicios, la racionalidad del gasto como ha quedado demostrado en el reciente informe de la Universidad Fasta donde anualmente se compilan las preocupaciones de los marplatenses.
Con la aprobación del pliego de Tratamiento del Predio de Residuos, el servicio de recolección directamente atado a un paquete que por sus características significará la mayor transferencia de recursos públicos a manos privadas, en la ciudad natal de la familia Moyano. Un negocio que se viene cocinando desde el ENOSUR y que tiene la pista libre despejada por la política del intendente Guillermo Montenegro.
¿De qué estamos hablando, para qué se entienda? De las porciones de la torta que consumen la mayor parte del presupuesto y la relación con el aumento de tasas que deberá aplicarse en 2023, tras un año de inflación de tres dígitos. Llegar con respirador a una agenda impostergable, refiere a condicionamientos que la MGP padecerá muy posiblemente como nunca en su historia, con la decadencia que ya está proponiendo la desinversión urbana municipal, y se nota en la circulación y en el tránsito por ejemplo. Peatones, ciclistas, motociclistas y automovilistas han sido librados a su suerte.
La algarada del intendente marplatense en un canal capitalino dejó en evidencia, que apelará a sostener su déficit en tonos políticos sin hacerse cargo del desvarío de gastos y erogaciones que acumula desde el día 1 de su mandato. La anunciada reducción de su sueldo y los descuentos en la planta política, son gestos que intenta ofrecer un marco de austeridad que se evita en los rubros de mayor impacto en el presupuesto, por malos y tendenciosos manejos que no hablan de la pulcritud sino de una insana conducta que se reproduce a lo largo de todo su mandato.
Junto Por el Cambio hoy no puede alegar ni la herencia recibida, pues el entente que armó para la expedición del PRO en 2019, produjo una desestabilización del anterior gobierno municipal que a pesar de todo, entregó su administración con un razonable equilibrio económico financiero y la municipalidad funcionando, tras haberla recibido en 2015 con un déficit de $ 1.500.000.000.-, donde el único proveedor que estaba al día era el Multimedios La Capital, hasta con cheques post datados por el pago del alquiler del espacio que ocupaba la Casa de Mar del Plata en CABA en el teatro de Florencio Aldrey Iglesias. Hoy continúa alquilando propiedades a funcionarios que trajo Montenegro desde CABA.