Los empleados municipales despedirán el año con un 20 % de pérdida, como mínimo, en sus remuneraciones salariales, que serían en parte transferidos al ejercicio 2023, confirmándose que el salario de los trabajadores municipales es la variable de ajuste de los desequilibrios sucedidos por el gobierno de Guillermo Montenegro al entrar prácticamente en su último año de mandato.
El atraso también aplica sobre el aguinaldo en su contemplación, para aliviar el déficit que arrastra la administración municipal. Se sucede a los ajustes producidos en 2020 y 2021, aunque ahora más pronunciados a partir del décimo mes del año en curso.
Con esta política salarial el 60 % de los empleados municipales quedará bajo la línea de pobreza según los datos estadísticos del INDEC. El tire y afloje que se producirá entre el Departamento Ejecutivo en el juego circense que propone con el STM no podrá ir mucho más allá del 15 % en las negociaciones de noviembre, porque el presupuesto no lo resiste.
Además y de acuerdo al impacto que se produce en la calidad del gasto, el 70 % se registra en bebidas, alimentos y vestimenta que son los rubros de mayor incidencia a la hora del desembolso de bolsillo, porque superan el índice de inflación general que da a conocer el INDEC. Lo cual significa que la pérdida real de poder adquisitivo es mayor.
Sólo el mundial y la suerte que corra Argentina en su desempeño en Qatar, puede ser un bálsamo para las reacciones que generalmente hacen pico en este tipo de crisis sobre los fines de año y fiestas navideñas.
Ya desde el plantel de trabajadores reportan faltan de insumo y un descuido general en las dependencias, como también la caída en la atención en materia de salud. La cara de feliz cumpleaños que se difunde de Montenegro en actividades protocolares y privadas, son un burdo armado que circula en las redes sociales que tienen como objetivo maquillar una crisis que se profundiza con el correr de los meses evidentemente.
Los sectores críticos del Sindicato de Trabajadores Municipales, ya aceptan que existe un desmantelamiento de hecho que irá deteriorando la calidad y la cantidad de servicios que se prestan desde el municipio.
La desinversión urbana se torna irreversible con el transcurrir del tiempo, y el avance del deterioro desemboca en un trance de estrangulamiento que comprime aún más el presupuesto, dándole mayor participación a las ofertas cartelizadas que se preparan con condiciones excluyentes, evitan la competencia real en las licitaciones públicas y pisan el salario de los empleados municipales, todo aprobado por el doble voto de Marina Sánchez Herrero, en su calidad de presidenta en representación de la UCR, que justamente en Mar del Plata dispuso ser telonera del PRO + el PJ.
Las razones contables y financieras predominan sobre la economía en el elenco del gabinete municipal. Se gasta y después se ajusta para que cierren los números, están comprando tiempo con la complicidad sindical que prepara un sorteo para el Día del Trabajador Municipal de 100 premios de $ 75.000. –mientras por otra parte le meten la mano en el bolsillo.
No escapa a la consideración de los observadores de la actualidad municipal, el nivel de beligerancia del STM demostrado frente al ex intendente Carlos Arroyo, que por diferencias mucho menos significativas, en las asambleas se decretaban paros por adelantado a decisiones que aún no se habían tomado, en acciones claramente desestabilizadoras, que encabezaban Vidal como gobernadora y Montenegro que se ya usaba el traje de candidato.
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