Apenas un mes bastó para que el período de tregua acordado tras el ataque a Cristina Kirchner y el pedido de prisión en su contra se esfumara entre los principales dirigentes del oficialismo. La realización o no de las PASO 2023, una inflación imparable, el acto del próximo 17 de octubre y los rumores de cambios en el Gabinete nacional reactivaron las diferencias entre Alberto Fernández y el kirchnerismo, con acusaciones cruzadas entre ambos sectores.
Días atrás, Alberto Fernández se refirió a la posibilidad de suspender las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), al indicar que hay “un debate que está abierto” al respecto. Se trata de un pedido especial de los gobernadores del peronismo, en especial los del norte del país, que presionan para que el dinero ahorrado en las elecciones se reinvierta en obras para sus provincias.
La cúpula de la CGT le pide exactamente lo contrario: que las elecciones se lleven adelante de acuerdo a lo planificado. Sin el respaldo de los gobernadores, el Presidente se refugia en parte del sindicalismo -con Héctor Daer como su principal aliado- para mantener algo del poder que perdió ante la centralidad de CFK y el desembarco de Sergio Massa.
Ni Cristina Kirchner ni Máximo Kirchner se refirieron aún a la cuestión. Pero la realización o no de las primarias es apenas uno de los puntos de discordia en el oficialismo.
Ya empezaron las discusiones por el 17 de octubre. Para el peronismo es un hecho de suma trascendencia que puede decir mucho respecto a cómo se encuentran los vínculos dentro del Gobierno.
Aparentemente, habrá dos celebraciones oficialistas: una en Tucumán y otra en el Gran Buenos Aires (Quilmes suena como opción). Esta última es planeada por Máximo Kirchner y La Cámpora, para que Cristina Kirchner sea la figura principal del evento, en su “gran regreso” luego del atentado.
La de Tucumán la organizan los gobernadores, la CGT y, se creía, Alberto Fernández. Pero en las últimas horas se conoció el malestar de Máximo, que intenta evitar que el evento de Cristina sea opacado y presiona a los gobernadores para que no inviten al Presidente.
.