La primera película de José Campusano (de ficción, el primer film es documental y se llama Tribus urbanas) fue Vil romance. Presentado en el Festival de Cine de Mar del Plata, generó mucha polémica: no tanto por lo que cuenta -la relación homosexual y violenta entre un joven y un hombre maduro-, sino por cómo lo cuenta. Para que cada uno tenga su veredicto, el film se verá este martes y miércoles a las 18:30 y a las 20:30 en la Sala Piazzolla (Boulevard Marítimo 2280).
Interpretada por Oscar Génova, Nehuén Zapata, Marisa Pajaro, Javier De la Vega y Olga Perezgel, lo que sobresale en esta propuesta es el estilo del director. Ya hemos hablado en oportunidad de la pasada de Vikingo (su segundo largo) en uno de los ciclos de cine que tiene la ciudad. Digamos que es con este debut donde el estilo Campusano estalla de manera más despareja y con más fuerza.
El éxito crítico o no de los films del director parece estar referido al proceso antes que a los resultados. Para muchos es más interesante la forma en que produce, que lo que produce. No obstante, no se puede desdeñar el espíritu de un cine que, si descuida aspectos técnicos, por otra parte es lo suficientemente sincero como para mostrarse tal cual es.
En Vil romance, como se indicó, se narra el vínculo que nace entre Roberto, un joven que no tiene trabajo, y Raúl, quien tiene poco más de 40 años, vende armas y simula ser heterosexual. Tampoco se puede dejar de lado el espacio en el que Campusano se mueve: el conurbano bonaerense y cierto borde de la marginalidad. Allí hay lugar para estertores violentos e irascibilidad suficiente.