Arte y Cultura, Teatro

CRÍTICA // TEATRO: “Zapa”

HISTORIA Y TEATRO: ZAPA Y LA EMANCIPACIÓN

Por Virginia Ceratto
(especial para www.mdphoy.com)

“Zapa”. Para ser breve: un texto impecable que, con el pre-texto de nuestra Historia, recupera y resignifica la lidia de las mujeres, soterrada, subterránea, oculta y sin embargo, insistente, como el inconsciente, en toda la historia mundial. Y esta vez, en el cuerpo de dos monjas, siervas, si las hubo y las hay, del Poder patriarcal de los gobiernos de turno, en todo el orbe, y del Poder ultra patriarcal de la institución católica.

Entonces… el  libro, de Lalo Alías, sorprende, es único, singular. Dirección, también de Alías, formidable.

Actuaciones: Gabriela Meyer y Patricia Viglianchino… a la par. Dos actrices que se la juegan al compás del autor y director y que transitan distintos registros, desde el realista hasta el clown, con esa naturalidad aparente que da cuenta de ensayos y ensayos y de entender de qué se trata brindar lo mejor al espectador.

En “Zapa” está el relato que conocemos de la HIstoria: la guerra de Zapa que puso en marcha San Martín para despistar al enemigo. Y éste es un indicio que se incorpora al juego teatral y que es tomado como artilugio, hábilmente, por Alías y que se develará al final, no voy a spoilear… pero todos podemos caer en la trampa. Ojo. todos. Y esta es una trampa… genial.

Una escenografía, más una ambientación, minimalista, multifuncional, con un vestuario estupendo que combina lo clásico o esperable… hábitos que no hacen a las monjas, con elementos contemporáneos. Y desde aquí, otras consideraciones que hacen a la genialidad de esta obra, no solamente para con el pretexto histórico sino para con la impronta feminista que parece que hubiera surgido en este siglo, o a lo sumo, en el pasado…

Algunas consideraciones, a saber: no hace falta, si bien no está mal, hablar de violencia de género explícita… no está mal porque los femicidios siguen a la orden del día, sin embargo esta pieza tiene el mérito de poner la lidia de las mujeres en otro tiempo… porque siempre la hubo. No está mal, y está muy bien, poner esa lucha en cuerpos de monjas, porque, insisto, el hábito no hace a la monja y también hay que desterrar prejuicios. No todos los integrantes de la grey católica han sido ni son, inquisidores. Y lo digo como apóstata. En “Zapa” de da cuenta de un feminismo, en el sentido de lucha, casi precoz, o poco registrado por la teoría feminista.

En “Zapa” están las estrategias de supervivencia a nivel colectivo.

Está clarísima la grieta que nos divide desde hace siglos. Y por eso resignifica la historia de la Historia desde una domesticidad heroica: la de transgredir desde y en lo cotidiano. Solamente mencionaré que las campanas que llaman a oración, en la obra,  evocan al reloj que hace siglos llama a las mujeres a tener pronta la comida en la mesa… y que se ha transgredido y se transgrede con premura y… algún alimento rápido. Todas las mujeres de determinada edad, hemos cargado esa cruz. Algunas, aún lo hacen, y se las arreglan para moverse en los márgenes. Otras, aún no pueden.

Y esto es importantísimo, porque muchos desconocen las raíces de lo que hoy es la revolución de género. Que no comenzó hace décadas, sino hace siglos. Y hubo mártires, heroicas, hubo femicidios… Los hubo, tristemente los hay, pero no nacieron ayer, ni antes de ayer. Y esta es una manera de poner en valor la gesta de mujeres sin las que no hubiera habido un Libertador, o lo hubiera habido, pero con más obstáculos. Y en ese sentido, y sin menoscabo de la figura del Libertador, es excelente la mención a Belgrano y Juana Azurduy, porque Don José, en un punto, no pudo escapar a su tiempo, y también hay que verlo en el contexto… de su tiempo. Y fue un grande… respaldado por las damas de Cuyo que bordaban y por otras mujeres que hacían su trabajo silencioso.

Dicho esto, y volvemos a la puesta. Es teatro. TEATRO. Teatro en el teatro, con los juegos de los ensayos, ensayo en escena, como personajes -solo con esta obra me reconcilio con la horrenda palabra sororidad, que creo que está demás, porque remite a sor, a convento, y aquí está muy bien… en este siglo prefiero hermandad o solidaridad, harina de otro costal- para sacar información y burlas al enemigo, una puesta en escena dentro de la puesta en escena. Y sobre todo, cuando, como espectadores, nos hemos creído todo y vamos casi cantando Febo Asoma ya sus rayos… un revés.

Porque en TEATRO, como en la vida, todo puede pasar, hasta lo impensado, hasta lo ominoso. Es un juego, tiene reglas, que encima, en “Zapa”, se enuncian, y hay que tener esas reglas muy en claro, para no sucumbir… en la vida.

Indispensable para amantes de la escena y para escuelas. Indispensable.

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