Se dibuja un nuevo mapa político en General Pueyrredon a partir de la decisión del intendente Guillermo Montenegro. Salvo un operativo clamor que no se descarta por la falta de candidatos en el PRO, el jefe comunal mantiene in pectore su voluntad de no ir por la reelección el próximo año para el mandato 2023/2027.
Se encuentra apesadumbrado por el día a día y las dificultades en la relación especialmente con Nicolás Lauría (su primer concejal y sucesor orgánico en el cargo) y otras dos personas con las cuales dispensa diferentes tratos, pero de las cuales hoy no podría prescindir por múltiples razones.
Es una encerrona que le ha surgido por su modo de gestión, que hoy lo llena de preocupaciones, no obstante que ser la cara anti K le representa el 70 % de la pecera de quienes busquen votos en el ámbito electoral no dispuestos a votar el Frente de Todos.
Hay también una serie de contrariedades que se manifiestan entre la campaña pro positiva de comunicación mostrando exageradamente un Superman que no existe ya que nadie es capaz de tapar el Sol con las manos como se sostiene vulgarmente, y se nota mucho cada vez más. A tal punto que un experto en la función espetó “Entre el 1º y el 10 de diciembre eso será una silla eléctrica”
Las inconsistencias ya fueron oportunamente planteadas en exclusiva por mdphoy.com a muy poco de ganar las elecciones por menos de 10.000 votos frente a Fernanda Raverta en 2019, ese virtual empate fue el inicio menos deseado para una candidatura que se concibió con Mauricio Macri en la Casa Rosada y María Eugenia Vidal en la gobernación con sede en La Plata, aunque se la veía lo suficiente en la capital de la provincia.
Lo cierto es que con el triunfo de las elecciones de medio término en 2017, el 2018 fue el año donde la maquinaria de la Secretaría de Medios de la Provincia lo instaló como candidato a intendente de la mano del multimedios La Capital, siempre ávido de los recursos públicos en todos sus multiemprendimientos.
En aquel momento la ex gobernadora Vidal, hada inspiradora de Montenegro, debió cerrar un acuerdo lejos de Mar del Plata por la diputación de Natalia Sánchez Jáuregui, y allí como peludo de regalo cayó Nicolás Lauría, un político que va y viene como toda la organización partidaria que ha sucedido a Gerónimo “Momo” Venegas.
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Será justicia.