De una manera inesperada nuevamente quedó bajo la lupa la demostración de Enduro realizada en playas del Acceso Norte. Si bien ya los pedidos de informes de Acción Marplatense y el Frente de Todos fueron de carácter sumarísimo, otros aspectos van surgiendo dentro de un mismo contexto de violación a normas invulnerables en la administración pública.
Resulta difícil de admitir que el programa que se haya cumplido durante 2 jornadas y desarrollado sin que se cumplan aspectos básicos de exigencias, que deben salvaguardarse en resguardo del patrimonio de los contribuyentes, que sostienen el oneroso presupuesto municipal en relación a los servicios que prestan.
Muy posiblemente en esta misma euforia de cascada de vulneraciones, se difundió a través de canales oficiales de la MGP, que al espectáculo deportivo asistieron 500.000 personas aduciendo como fuente a la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
Sin otras explicaciones válidas que se hayan conocido hasta el momento a una serie de irregularidades, quedó expuesto el movimiento de dinero que giró en torno a la competencia, y cuál sería la cantidad que generó en los distintos rubros que se comercializaron.
La cantidad de 500.000 personas sonó a desmedida, y sólo a través de comentarios de quienes son avezados a la hora de estimar con precisión la cantidad de público que se congrega en distintos actos, espectáculos y manifestaciones, se pudo constatar que hubo un exagerado sobredimensionamiento. Cómo si se tratara de vender la iniciativa.
Es el equivalente a 15 estadios mundialista colmados (obvio cuando hay sectores que no están inhabilitados por la propia MGP). Otros especialistas mensuraron la concurrencia máxima sólo en el 10 % de la información municipal, es decir 50.000 personas considerando que había quienes utilizaban el lugar sólo para desplazamiento.
Ante semejante descontrol, hubo un rubro que se escapaba de un control efectivo y es el aporte de los auspiciantes que pagan a los organizadores. No es el mismo un evento con 50.000 personas que una asistencia de 500.000 personas. Y quien quedó damnificado es el organizador de competencias similares en Villa Gessell.
Allí los auspiciantes quedaron sorprendidos, porque adujeron haber pagado más del doble por la exposición de sus productos en la ciudad vecina, considerándolo como una suerte de estafa en la práctica y posiblemente desistimiento a futuro, con lo cual se ha bastardeado a quienes compiten con reglas fijadas precisamente por el Estado, en cualquiera de sus órdenes, municipal este sería el caso.
También un cálculo “grosso modo” costo de inscripciones de los participantes, venta de alimentos y bebidas, derechos de publicidad, venta de imágenes, pólizas de seguro y horas hombre más equipamiento municipal durante un fin de semana, nos acerca a los U$S 150.000.- en la 2 jornadas, sin que se haya observado a la ARM, ARBA y la AFIP los órganos de control pertinentes hayan efectuado inspección alguna.
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